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El Sorgo en la Intensificación Ganadera

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Marcelo De León, especialista en forrajes y pasturas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Argentina (INTA Manfredi) de la ciudad de Córdoba, indicó que es clave optimizar el uso del recurso pasto.

En los últimos años la superficie destinada al cultivo de sorgo en la Argentina ha crecido significativamente. Su principal uso es para la producción ganadera: a través de la confección de silajes como verdeo de verano para pastoreo directo o como grano forrajero cosechado húmedo o seco.

El incremento de su utilización se debe principalmente a su mayor adaptación a las condiciones ambientales de las regiones ganaderas –resistencia a la sequía y a suelos con limitantes–, a su menor costo respecto al maíz y a la oferta de nuevos materiales genéticos de mayor productividad y calidad.

Particularmente la utilización de silajes de sorgo se incrementó en los últimos años debido a los procesos de intensificación de la ganadería –tanto de carne como de leche–, ya que permite aumentar la carga animal sin disminuir las respuestas individuales y permite, además, una mejor utilización de las pasturas durante su ciclo de crecimiento. Esto asegura contar con el forraje necesario durante todo el año.

El alto potencial de producción del cultivo de sorgo y la calidad forrajera que puede ofrecer como silajes han convertido a esta tecnología en una herramienta estratégica para la producción de carne y de leche.

Entre los factores a tener en cuenta para lograr los mejores resultados se encuentra en primera instancia el material genético o híbrido a elegir según el objetivo productivo, ya que hay diferencias importantes según la composición del cultivo. En este sentido, los híbridos forrajeros o fotosensitivos son los ideales para usar bajo pastoreo. Los sileros o doble propósito son los que mejor se adaptan para la confección de silajes y los graníferos para la cosecha de grano o para silajes de alto valor nutricional por su alta proporción de grano. También se puede considerar la alternativa de usarlos como diferidos para el invierno con menor calidad que cosechados en el momento adecuado.

En cualquier caso, los aspectos agronómicos respecto a la densidad de siembra, control de malezas y fertilización son fundamentales para lograr un cultivo adecuado de alto rendimiento.

El momento de confección de los silajes es otro aspecto determinante del rendimiento y la calidad del silo por los importantes cambios en composición de la planta y contenido de grano que ocurren con el avance en el grado de madurez. El estado óptimo para sorgos graníferos, es cuidar que el grano no se endurezca, o sea que no pase de grano pastoso.

Además, la planta debe tener un tenor de materia seca (35%) que permita una buena condición de ensilado. Los trabajos realizados en el INTA Manfredi, demuestran que la calidad de los silajes de sorgo está definida, en primera instancia por su contenido de grano.

Paralelamente, y cualquiera sea el genotipo y el contenido de grano, los silajes de sorgo o maíz poseen como factor común un bajo porcentaje de proteína bruta que normalmente oscila entre el 6 y 8 % lo que hace necesario corregir las dietas para obtener los resultados adecuados.

Estos silajes deben dejar de considerarse como una reserva forrajera de uso ocasional para convertirse en un elemento estratégico en la planificación de sistemas de producción intensivos de alta producción y rentabilidad.

Fuente: INTA

 

 

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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