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El Pastoreo del Ganado puede Mejorar la Calidad del Suelo

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La producción de la festuca alta y el consumo moderado de ese forraje por el ganado vacuno pueden ayudar a restaurar la calidad del suelo degradado por décadas de labranza, según los resultados de nuevos estudios por científicos del ARS de los EE.UU.

Un grupo de científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) ha provisto información importante a los agricultores de la región de Piedmont en EE.UU. sobre maneras de restaurar los suelos degradados y aumentar la productividad de la tierra.

Los investigadores descubrieron que el manejo del ganado vacuno con el pastoreo moderado puede restaurar la calidad del suelo y reducir las emisiones del dióxido de carbono, el cual es un gas de efecto invernadero.

ARS es la agencia principal de investigaciones científicos del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés). Esta investigación, con resultados publicados en ‘Soil Science Society of America Journal’ (Revista de la Sociedad Americana de la Ciencia del Suelo), apoya la prioridad del USDA de responder al cambio climático.

Los agricultores de la región de Piedmont, la cual se extiende de Alabama a Virginia, producen algodón, soja, sorgo y trigo. Pero décadas de la labranza han degradado el suelo, y con el tiempo los agricultores han permitido la reversión de mucho de la tierra a los bosques y las praderas, según Alan Franzluebbers, quien es ecologista en el Centro J. Phil Campbell Sr. de Conservación de Recursos Naturales mantenido por el ARS en Watkinsville, Georgia.

Franzluebbers dirigió un proyecto en el cual los céspedes se sembraron en terreno erosionado en el noreste de Georgia, y los pastizales fueron pastoreados por el ganado vacuno para evaluar los efectos del pastoreo en la calidad del suelo. Los investigadores primero sembraron el zacate bermuda. Después de cinco años, ellos sembraron la festuca alta entre la zacate bermuda para prolongar la temporada de pastoreo desde cinco meses hasta 10 meses. El grupo de investigación incluyó los científicos retirados John Stuedemann y Stan Wilkinson con el ARS.

Los investigadores variaron el número de ganado vacuno por acre y evaluaron cómo los suelos reaccionaron a las diferentes estrategias de pastoreo. Con cada situación, los científicos evaluaron la cantidad de compresión del suelo, las cantidades de nitrógeno y carbono orgánico en el suelo, y las cantidades de residuos vegetales en el suelo, los cuales ayudan a prevenir la erosión. También evaluaron cómo el suelo reaccionó a tres diferentes tratamientos de fertilizantes: con el fertilizante inorgánico; con una mezcla de desperdicios avícolas orgánicos y no orgánicos; y con los desperdicios avícolas orgánicos.

Desde un punto de vista ambiental, tradicionalmente se considera el mejor manejo de las praderas es dejarlas no usadas. Pero el grupo descubrió que aunque el tipo de fertilizante usado no tiene ninguno efecto significativo, las diferentes estrategias de pastoreo produjeron efectos diferentes, y el terreno pastoreado produjo más forraje que el terreno no pastoreado y tuvo la cantidad más grande de carbono y nitrógeno secuestrado en el suelo. Secuestrar el carbono y el nitrógeno en el suelo ha llegado a ser un objetivo principal de la agricultura porque esa secuestración reduce las emisiones de los gases de efecto invernadero.

 

 

Fuente: ARS

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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