Para mitigar la emisión de este gas de efecto invernadero por parte de las reses, hay diversas técnicas que van desde el cambio en la dieta hasta el desarrollo de otro tipo de alimentos. Sin embargo, la firma Cargill ha optado por una tecnología mucho más peculiar.
Se trata de mascarillas de vaca capaces de filtrar sus eructos para atrapar el metano que emiten, elaboradas por la startup británica Zelp Ltd y que llegarían al mercado europeo en 2022.
El 1º de junio la compañía anunció que comercializaría estos dispositivos, apoyando una tecnología experimental que podría ayudar a reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Según Zelp, la máscara de vaca puede filtrar hasta el 50% del metano emitido al eructar.
¿Cómo funcionan estas máscaras de vaca?
El dispositivo se puede conectar a un cabestro estándar (la brida en la cabeza). Aunque parece cubrir el hocico del animal, en realidad sobresale de sus fosas nasales para captar los eructos. El metano queda atrapado en una cámara equipada con filtros.
La herramienta funciona como un conjunto de ventiladores con baterías cargadas con energía solar absorbe los eructos y los atrapa en una cámara con un filtro que absorbe metano. La máscara puede durar cuatro años sin necesidad de recargarla.
Cuando el filtro se satura, se produce una reacción química al interior del equipo, de manera que el metano se transforma en dióxido de carbono.
De acuerdo con la startup, los experimentos realizados hasta el momento han mostrado que los animales que llevan el aparato no exhiben ningún cambio de actitud: “No cambian la forma de comer ni sus ciclos de rumia”. Las máscaras serían ofrecidas con una suscripción anual.
No obstante, el dispositivo aún tiene que pasar una serie de comprobaciones antes de ser lanzado al mercado por Cargill. En particular, deben realizarse pruebas independientes de su eficacia a finales de 2021, así como otros controles de su impacto en el bienestar del animal.
De confirmarse estas capacidades, la herramienta podría tener un impacto muy positivo en la huella ambiental, pues abordar las emisiones del metano es uno de los problemas más críticos para las empresas ganaderas que están bajo presión para tratar este asunto.
Sin embargo, para Francisco Norris, director ejecutivo de Zelp, tener acceso a la amplia red de clientes de Cargill, especialmente en Europa, podría ayudarles a asegurar la demanda mientras se preparan para lanzar un producto que aún está en desarrollo
“Cargill está en una posición única para distribuir nuestra tecnología a una gran cantidad de clientes, tanto productores como empresas lácteas, maximizando el despliegue desde el primer año”, afirmó.
Por otra parte, hay voces que cuestionan el producto, como la de R.L. Furse, ganadero y columnista de EE. UU., que señaló que “cuesta mucho visualizar a los productores de leche o de carne de vacuno locales poniendo máscaras”, lo que implicaría elevar el precio de la carne y la leche que comercializan.
Zelp sostiene que está trabajando para miniaturizar la tecnología y optimizar la energía dentro del dispositivos y está en conversaciones con varios socios de fabricación potenciales y tiene como objetivo estar listo para la producción en masa a finales de año.
Su objetivo es producir 50 000 unidades el primer año y hasta 200 000 el siguiente. La compañía está cerca de completar su próxima ronda de financiamiento, según indicó Norris al portal Transportation Topics.
Sander van Zijderveld, líder de tecnología y marketing estratégico de rumiantes de Cargill para Europa Occidental, le dijo a este medio que las máscaras porque se pueden usar en combinación con otras soluciones y por eso están probando otros productos como aditivos alimentarios que inhiben los microbios en el estómago de las vacas para ayudarlas a producir menos metano.
“Lo bueno de Zelp es que podría complementar a una vaca que ya está recibiendo aditivos alimentarios para reducir las emisiones de metano. Aún podría capturar el metano que está saliendo. Podríamos reducirlo aún más”, manifestó.