A la hora de elegir a los ejemplares más convenientes para el crecimiento del Hato, hay que tener en cuenta múltiples factores que incluyen diversas áreas. En esta ocasión, detallaremos cuáles son los aspectos físicos que un cebuino debe cumplir para ser escogido como progenitor.
La elección de bovinos para monta natural o programas de inseminación artificial obedece al propósito del ganadero de tener animales superiores que darán origen a una progenie más productiva y rentable.
De acuerdo con Osmín Pineda, licenciado en Zootecnia con maestría en Producción Animal, entre la gran cantidad de herramientas tecnológicas que existen para seleccionar bovinos, no hay que olvidar los principios básicos que se basan en el estudio de las características del hato y las perspectivas para el futuro.
Además de la consistencia genética, el experto sostuvo que la importancia de observar las características fenotípicas con cierto índice de heredabilidad, un método práctico para elegir los reproductores exitosos que ofrecerán ejemplares funcionales y con rasgos raciales definidos.
El primero de ellos es el porcentaje de fertilidad, que determina la elección de vientres de fácil concepción, con intervalos de días abiertos más cortos y capaces de destetar terneros saludables.
El segundo son los aplomos y las pezuñas, pues para el experto “de nada sirve seleccionar un reproductor que produzca la mejor canal y que tenga muy buena profundidad y longitud, si no tiene capacidad para movilizarse muy bien en los potreros y darle servicio a las hembras con alto grado de seguridad”.
El tercero es la habilidad materna, que incluye la selección de vacas que producen terneros saludables, con buena producción de leche y conformación de ubre, evitando aquellas colgantes y de pezones de gran longitud y diámetro.
El cuarto corresponde a una conformación adecuada del aparato reproductor externo. En las zonas tropicales, los toros deben tener prepucios cortos y bien direccionados, con buena disposición en el equilibrio con el pene, para evitar que se arrastre sobre el barro o los pastos elevados y se infecte fácilmente.
Asimismo, hay que evaluar la circunferencia escrotal y el tamaño de los testículos, privilegiando los más grandes que indican mayor producción de espermatozoides. Según Pineda, la medida mínima es superior a los 28 cm.
Finalmente, el zootecnista recomendó elegir animales con tamaños ajustados a la productividad del hato, siempre pensando en el tipo de crías que se buscan y de los esfuerzos que deberá hacer la madre a la hora del parto, siempre buscando su bienestar así como la facilidad en el manejo de los bovinos.