Un artículo escrito por Clara Mulvihill en la revista Borgen empezó explicando que la prohibición de exportaciones de carnes ha conducido a una exacerbación de las tasas de pobreza dentro del país, iniciando lo que se ha denominado la crisis de exportación de carne de Argentina.
Con el Producto Interno Bruto (PIB) en constante caída de Argentina y las crecientes tasas de pobreza, la pregunta es si la prohibición hizo más daño que bien y qué se puede hacer.
¿Cómo empezó la crisis de las exportaciones de carne vacuna?
Argentina tiene una de las economías más grandes de América Latina. Sin embargo, 2018 fue el comienzo de una recesión, causada principalmente por el valor del peso y la hiperinflación, haciendo que la moneda local se devaluara a nivel internacional.
La inflación alcanzó el 48 % e inmediatamente hizo que la deuda pública de Argentina fuera difícil de manejar. Como la mayor parte de su deuda está en bancos extranjeros con diferentes monedas, la deuda argentina es difícil de manejar con un peso devaluado.
En los últimos años, las autoridades han introducido políticas y proyectos de ley para intentar detener la creciente tasa de pobreza de Argentina, que se elevó al 47 % a fines de junio. Las últimas políticas apuntan a las exportaciones de carne vacuna de Argentina.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del gobierno, la suspensión de estas ventas probablemente contribuirá a la tasa de pobreza aún creciente del país. La prohibición aceleró la crisis de exportación de carne que comenzó oficialmente a mediados de mayo de 2021.
Cómo la crisis afecta las exportaciones de carne vacuna de Argentina
El gobierno de Argentina prohibió los envíos en mayo de 2021 durante 30 días con la esperanza de reducir los precios internos de la carne. El plan era detener las ventas internacionales de la proteína en monedas que devalúan el peso, aumentando al mismo tiempo la oferta interna.
La crisis de las exportaciones de carne ha influido en los precios tanto a nivel nacional como internacional. En el momento en que el gobierno de Fernández implementó la prohibición de las exportaciones, los precios habían aumentado más del 60 % frente al año anterior.
La industria agropecuaria de Argentina contribuye de manera significativa a sus ingresos, principalmente por tres commodities: maíz, soya y carne de res. Desafortunadamente, el país experimentó una intensa sequía en 2017 y 2018 que limitó la producción de maíz y soya.
¿Cómo se refleja la crisis en las tasas de pobreza y el PIB de Argentina?
En 2017, el PIB argentino superó los USD 640 000 millones. Sin embargo, en 2019, el PIB se redujo a poco menos de USD 445 000 millones, y en 2020 cayó por debajo de los 390 000 millones de dólares. Se proyecta con optimismo que el PIB mejorará para fines de 2021.
En los últimos tiempos, la agricultura de Argentina ha representado casi el 7 % del PIB total del país. Pausar las exportaciones de carne de res limita las posibilidades de mejora del PIB porque la carne de res es ahora el tercer sector agrícola después de la soya y el maíz.
La tasa de pobreza en Argentina creció primero como resultado de la pandemia, pasando de 35 % en 2019 a alrededor de 41 % durante la primera mitad de 2020.
Cuando comenzó la suspensión, muchos productores y empleados de la cadena cárnica perdieron trabajo, pues a pesar de que podían distribuir sus productos a nivel nacional, la mayor parte de sus ingresos provenían de la exportación de sus productos.
Aunque el agro representa menos del 1 % de la fuerza laboral argentina, una parte significativa de la población más pobre trabaja en el sector. En 2017, un tercio de los trabajadores en ganaderías vivían en pobreza. Con la crisis de las exportaciones, es probable que esta cifra crezca a fines de 2021.
¿Existe una solución mejor?
No existe una solución perfecta para esta crisis. La industria protestó por la prohibición deteniendo la producción, pero hubo poca respuesta gubernamental.
Omar Perotti, gobernador argentino de Santa Fe, compartió en Twitter: “La solución es aumentar la producción y no cerrar las exportaciones. Tenemos las condiciones para abastecer el mercado interno y externo, manteniendo la posibilidad de exportar nuestros productos al mundo”.
Antes de la prohibición, Argentina exportaba hasta el 70 % de sus suministros de carne vacuna a China. La continuación de las exportaciones mantendría la relación de Argentina con China y resolvería la confianza en el gobierno y la economía de Argentina.
El aumento de la producción también permite a los agricultores y exportadores seguir trabajando, contratar más trabajadores y atraer inversores extranjeros. Los inversores que regresan y los nuevos podrían fortalecer el peso y reducir las tasas de inflación.
La expansión de la producción proporciona una participación más equitativa de la carne vacuna a nivel nacional e internacional. Las tasas de pobreza bajaría con más oportunidades laborales, y el sector agrícola en apuros se estabilizará.
La crisis de las exportaciones de carne de Argentina es el resultado de una economía defectuosa y una tasa de pobreza devastadora. Continuar con la prohibición solo perjudicará a los trabajadores y a los ciudadanos de ese país. Sin embargo, el aumento de la producción mejoraría las condiciones para todos los involucrados.