El Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), del Ministerio de Agricultura y Ganadería, fue alertado por dos casos de rabia paralítica bovina en la provincia de Puntarenas. El primero de ellos fue detectado en una finca situada en el cantón de Corredores, en el distrito de Canoas, caserío Río Bonito; y el otro en Paquera, caserío Vainilla. En ambas fincas solo se dio la muerte de un animal.
Para los dos casos, SENASA estableció medidas sanitarias y cuarentenarias en las fincas afectadas y se realizó la respectiva vacunación para proteger a toda la población de animales expuestos (bovinos, caninos) y se está coordinado el proceso de vacunación de los establecimientos vecinos. Otra acción que se efectuará es la captura de vampiros en las zonas para bajar la población existente de este mamífero volador, debido a que es el vector de mayor importancia para la transmisión de esta enfermedad y se llevará acabo investigación epidemiológica en las dos fincas donde se presentaron los brotes y en las fincas vecinas para la búsqueda de más animales afectados.
SENASA también capacitará a los productores de la zona y coordinará con las áreas rectoras del Hospital de Puntarenas y del Ministerio de Salud para que tomen las respectivas disposiciones en las personas que residen en las áreas vecinas a las fincas donde se ubicaron los casos.
La rabia es una enfermedad vírica que afecta al sistema nervioso central de los animales de sangre caliente, y también en humanos. Provoca descoordinación, dificultad para caminar, salivación, parálisis de las patas que impide levantarse, torsión de cuello y, por último, la muerte. Asimismo, se presenta con cierta periodicidad como parte de la dinámica del ciclo selvático de la enfermedad.
Por esta razón, el SENASA cuenta con un Programa Nacional de Rabia que tiene protocolos establecidos para responder a estos brotes, los cuales ya se han implementado en otras ocasiones.
Ante estos brotes, los especialistas recomiendan evitar el contacto con animales enfermos que presenten síntomas nerviosos, enterrar los cadáveres de animales, vacunar los animales y reportar de inmediato cualquier caso sospechoso a la oficina del SENASA más cercana.
La zona donde se presentaron estos brotes se mantiene bajo vigilancia por parte del SENASA, atendiéndose todos los casos sospechosos que coincidan con la sintomatología descrita para rabia paralitica bovina.