Como su nombre lo indica, la estrategia consiste en mantener el acceso de los becerros a sus progenitoras por un leve período de tiempo inmediatamente después de que se ordeñan, para luego separarlos por el resto del tiempo.
Expertos observaron que al restringir el periodo de amamantamiento de 30 a 60 minutos por día, se presentó una disminución del intervalo de partos de 168 a 69 días en vacas de primera cría con esta al pie.
Tradicionalmente, los terneros lactantes permanecen con las vacas hasta la una o 2 horas de la tarde, tras lo cual se apartan hacia el corral o a un potrero donde pastorean el resto del día. A la mañana siguiente, vuelven a reunirse con las madres al momento del ordeño.
Con la restricción de la lactancia, las crías consumen la leche necesaria para el desarrollo de su sistema digestivo y su crecimiento, y cuando son apartadas de sus madres, se les suministran suplementos como heno con concentrado para que se vaya acostumbrando a estos alimentos.
Por su parte, las vacas restablecen sus ciclos estrales superando los efectos negativos que ejercen la gestación y el parto en el hipotálamo, pero especialmente evitando el efecto inhibitorio que ocasiona la presencia constante del becerro.
Se ha observado que la presencia de la cría disminuye la liberación de hormonas como la gonadorelina (GnRH) y la luteinizante (LH), cuya baja secreción es la principal limitación para restablecer el ciclo.
Tipos de amamantamiento restringido
Existen 2 tipos: una vez al día o 2 veces al día. El primer método consiste en hacer el destete a los 7 meses de edad y permitir que la vaca dé leche a su ternero una sola vez al día por hora, preferiblemente en la mañana, y luego se separan en potreros distintos.
El segundo método consiste en permitir el amamantamiento 2 veces al día, de una hora cada uno en la mañana y en la tarde, alojándola a la cría en un potrero distanciado de la madre.
También se puede dejar al ternero encerrado en el corral de manejo durante la noche para que duerma allí y luego se saca a pastorear después del amamantamiento. Ambas prácticas requieren de buenos potreros y suplementos de alta calidad para compensar la menor cantidad de leche suministrada al animal.