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Afirman que la Argentina está en condiciones de aumentar fuertemente la exportación de leche

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Un informe reciente indica que la demanda de productos lácteos en el sudeste asiático en los próximos años continuará creciendo sostenidamente.

Solo en China se estima para 2030 una demanda equivalente de 15 mil millones de litros en importaciones de productos lácteos. Otros países asiáticos (Indonesia, Malasia, Singapur, Filipinas, Vietnam y Tailandia) demandarán, según las mismas estimaciones, el equivalente a 19 mil millones de litros, lo cual conforma un enorme mercado para los próximos años y por lo tanto una oportunidad importante para los países productores.

Mientras tanto, la producción Argentina de leche está estancada hace ya 20 años, pero desde la Fundación Producir Conservando afirman que el país cuenta con las condiciones para salir de ese letargo, crecer en litros y aumentar las exportaciones capturando mercados.

«En 1999 Argentina alcanzó los 10,3 mil millones de litros de leche anuales de producción y se mantiene desde esa fecha a hoy entre 9,8 y 10,8 mil millones de litros. De esta forma la Argentina representó solo el 1,5% de la lechería Mundial en 2018 pudiendo estar potencialmente en un lugar más destacado», afirma Francisco Oliverio, asesor de la Fundación.

Y agrega: «Tomando los últimos 10 años de información vemos por ejemplo que la producción en USA creció entre 2010 y 2018 de 85,5 mil millones de litros anuales a 98,6 mil millones (15,3%) y Nueva Zelanda en el mismo período pasó de 17,3 mil millones a 21,2 mil millones de litros (22,5%). Para el caso de Brasil el crecimiento de la producción lechera fue constante en los últimos 20 años para llegar a obtener los 33.500 millones de litros anuales en 2017. Ello representa un crecimiento del 67 % tomando los 20 mil millones de producción del año 2000».

Las exportaciones de productos lácteos en Argentina crecieron significativamente entre el año 2000 y 2013 donde se alcanzó un valor de exportaciones de 1780 millones de U$A. A partir de ese año cayeron en forma constante, según datos proporcionados por OCLA, hasta llegar a 726 millones de dólares en 2017. Los productos lácteos exportados en 2019 alcanzaron las 300 mil Tn (10% menos que en 2018) y los 920 millones de U$A (9% menos que en 2018). Datos de Enero a agosto de 2020, a pesar de la pandemia de Covid 19, muestran un crecimiento del 31-35% en Tn y en U$A respecto al año anterior.

¿Cuáles son los motivos por los que la lechería argentina no arranca y participa más activamente del complejo exportador Agroindustrial?

Oliverio ​remarca en primer lugar cuestiones macroeconómicas y políticas que atentan contra la previsibilidad a largo plazo. «La elevada presión fiscal en las actividades productivas en el país, los aspectos laborales y de baja eficiencia y productividad de la mano de obra de la industria en general, la intermediación excesiva y costosa entre la salida de fábrica y el consumidor y la competencia desleal que se genera por evasión fiscal y sanitaria en una industria muy atomizada, son un combo difícil de resolver», enumera el asesor.

Entre los aspectos puramente productivos, Oliverio menciona las pérdidas de rentabilidad que genera cambiar la dieta de las vacas a lo largo del año, algo que suele pasar por los vaivenes de precios de los granos. «Las vacas prefieren una dieta 7 puntos todos los días que una dieta 9 puntos un día, otro 5, otro 6 y otro 8. La consistencia es clave. Buena nutrición implica buena salud ruminal y por ende buena performance y producción», explica.

En cuanto a salud, según la Fundación Producir Conservando, también hay mucho por hacer todavía. «Argentina es un país que todavía no ha podido controlar o eliminar enfermedades como tuberculosis y brucelosis de la mayoría de los rodeos lecheros. A ello hay que sumar los temas sanitarios vinculados a pérdidas embrionarias y abortos que disminuyen los partos totales de las explotaciones y los problemas sanitarios de guachera y recría que limitan la reposición de vacas al sistema productivo», destaca, y agrega la cuestión del confort animal como puntal productivo.

«Medias sombras o sombras naturales en verano, corrales de espera con sombra, ventilación y aspersión de agua son algunas de las inversiones relacionadas al confort animal que mayor impacto tienen en la producción y reproducción del verano».

«Sin dudas la lechería argentina tiene un potencial de crecimiento muy importante y en función de los niveles crecientes de demanda externa, el potencial de generación de divisas por exportaciones debería alcanzar valores muy por encima de los 1800 millones de dólares alcanzados en 2013. No son muchos los países que pueden aportar tasas de crecimiento en la producción de leche como las que deberíamos tener en nuestro país, por lo que el desafío de los próximos años será crear el marco político y económico, que permita iniciar un período de crecimiento de la actividad realmente importante», concluye Oliverio.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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