Noticias

¿Cómo afectará la COVID-19 a la salud animal y a los servicios veterinarios?

Publicado

en

(1.071 lecturas vistas)

COMPARTIR

 

El confinamiento, la inactividad y los efectos de la crisis económica pueden tener consecuencias sobre la viabilidad de las explotaciones ganaderas y la calidad de los servicios veterinarios

Un estudio realizado por el veterinario Christian Gortázar y José de la Fuente, miembros del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC), apunta los posibles efectos de la crisis actual del coronavirus COVID-19 sobre la salud animal.

Las medidas para hacer frente la actual pandemia de COVID-19 han incluido prohibiciones de viaje y distanciamiento social, lo que resulta en cambios repentinos en la actividad humana y los efectos posteriores en la economía global y nacional. Los autores afirman que la salud animal probablemente se verá afectada por COVID-19 a través de las consecuencias inmediatas del confinamiento humano repentino y la inactividad, y a través de las consecuencias a largo plazo de la próxima crisis económica en los medios de vida de los agricultores y las capacidades de los servicios veterinarios.

Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), las actividades esenciales que debe mantener cada país durante la crisis COVID-19 incluyen servicios de regulación e inspección veterinaria nacionales y regionales, inspección y seguridad alimentaria, atención a situaciones de emergencia, medidas preventivas como vacunación contra enfermedades con un impacto económico o de salud pública significativo, y actividades de investigación prioritarias. De hecho, la salud animal juega un papel importante en la mejora de la calidad de vida y como motor del crecimiento económico.

EFECTOS DE LAS CRISIS SOBRE LA SALUD ANIMAL

Los expertos hacen referencia a la existencia de antecedentes de los efectos de las crisis sanitarias sobre la salud animal. Por ejemplo, “el impacto del brote de fiebre aftosa en 2001 en el Reino Unido en el control de la tuberculosis bovina fue sustancial, ya que las pruebas de tuberculosis en rebaños disminuyeron tres cuartos en 2001 y el número de nuevos incidentes de dicha enfermedad casi se duplicó posteriormente en 2002”.

En la crisis actual, debido a la restricción de la actividad humana, se ha observado un mayor acercamiento de la fauna salvaje, a las áreas urbanas o zonas agrícolas, lo que aumenta el riesgo de infecciones como consecuencia de la interacción de los animales salvajes con los animales domésticos.

Por otra parte, apuntan que una disminución de la caza como consecuencia de restricciones en la actividad no esencial durante el encierro, podría resultar en un control insuficiente de la población de los reservorios de vida silvestre como el jabalí.

La misma suerte corre la peste porcina africana, enfermedad devastadora sobre cerdos y jabalíes. Sin el adecuado control poblacional de estos últimos, se corre el riesgo de una rápida expansión de animales infectados.

CONSECUENCIA DE LOS RECORTES PRESUPUESTARIOS

España sufrió una crisis económica de 2008 a 2014. Los resultados de las pruebas de tuberculosis en ganado en todo el país dentro del esquema español de erradicación de esta enfermedad muestran que la prevalencia de rebaño disminuyó de 2.81 en 2001 a 1.31 en 2012, volviendo a un máximo de 2.87 en 2016. Si bien este aumento no se ha atribuido a la crisis, los recursos públicos para las pruebas de la tuberculosis fueron limitados durante este período.

También recuerdan que existen varias enfermedades animales transfronterizas exóticas presentes en las fronteras de la UE, al este y al sur. “Estos incluyen la fiebre aftosa, la peste de los pequeños rumiantes (PPR), la viruela ovina y caprina (SGP), la fiebre del valle del Rift (RVF), la enfermedad de la piel con bultos (LSD) y la encefalitis japonesa (JE), entre otros. Estas enfermedades exóticas pueden ingresar a la UE por diferentes rutas, incluido el movimiento de seres humanos infectados (por ejemplo, JE o RVF), el transporte de animales infectados (por ejemplo, PPR, SGP, RVF) o el movimiento natural o humano de vectores infectados (por ejemplo, RVF, JE). Los movimientos humanos están actualmente restringidos debido a la pandemia de COVID-19, pero la entrada de fauna o mediada por vectores sigue siendo posible”.

En este sentido, señalan que la entrada de cualquiera de estas enfermedades exigiría importantes recursos de los servicios veterinarios y los agricultores para controlar el brote. “Sin embargo, en los próximos meses o incluso años, las capacidades de los agricultores y los servicios veterinarios para invertir los recursos pueden verse comprometidos debido a una crisis económica mundial”, manifiestan.

Asimismo, durante dicha crisis, el sector de medicamentos veterinarios sufrió una caída significativa en la actividad en 2009. Esto desencadenó importantes esfuerzos de reestructuración, incluidas adquisiciones, reposicionamiento y diversificación, pero también la reducción de la fuerza laboral y el cierre de las instalaciones de investigación. “Es probable que también ocurran eventos similares durante la actual crisis de COVID-19”, afirman los investigadores.

Los autores concluyen que, aunque todavía es pronto para evaluar los efectos a medio y largo plazo, existen evidencias para pensar que la actual crisis puede traer consecuencias negativas sobre la salud animal.

Por último, hacen un alegato sobre la importancia del concepto ‘One Health’, Una Sola Salud: “También proponemos que es hora de tomar en serio One Health. Este concepto implica que la ecología de los patógenos y el manejo de enfermedades deben integrar las perspectivas humana, animal y ambiental, con la implicación de que los médicos, veterinarios y ecólogos deben colaborar para abordar eficientemente los problemas de salud”.

Leer más
Click para comentar

Deja un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Noticias Internacionales

Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

Publicado

en

COMPARTIR

Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

Leer más

Noticias Nacionales

Bolsa de Trabajo: Especialista en Control de Calidad de Productos Lácteos

Publicado

en

COMPARTIR

Leer más

Noticias Nacionales

Realizaron Chaccu de Vicuñas en la sierra de Tacna

Publicado

en

COMPARTIR

Dirección Regional de Agricultura Tacna (DRAT) supervisó la realización de la técnica del ‘Chaccu’ por parte de la ‘Asociación del Comité de Manejo de Vicuñas Mamuta Sur’, gracias a la cual se obtuvo 25.73 kilos de fibra tras esquilar 113 vicuñas. Lo recolectado se podrá comercializar a nivel nacional e internacional, y representará ganancias a la población de la zona alto andina.

El ‘Chaccu’ es una actividad ancestral que consiste en cercar temporalmente a un grupo grande de vicuñas para luego esquilarlas, recolectando su fibra. Esta fiesta  en donde participan las comunidades colindantes a las zonas donde habitan estos camélidos silvestres se realiza en los meses de octubre y noviembre en las comunidades de Alto Perú, Pampahuyuni, Mamuta y Kallapuma (departamento de Tacna al sur del Perú), donde existen poblaciones de esta especie que son aprovechadas a través de un manejo sostenible.

De la actividad, también participaron el Servicio Nacional Forestal (Serfor) y el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (SENASA), quienes brindaron soporte en el diagnóstico y tratamiento sanitario de las vicuñas.

De esta manera, la Dirección Regional de Agricultura de Tacna (DRAT) sigue brindando apoyo al sector agrario de nuestra región.

Leer más

Tendencia