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Apareamiento Correctivo en Vacas Lecheras

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En producción animal, actualmente se utilizan técnicas que buscan mejorar las aptitudes fenotípicas y genotípicas del ganado lechero y cárnico. Mediante la inseminación artificial, se utilizan toros mejorados para cruzarlos con hembras idóneas, a fin de transmitir cualidades deseables a la progenie. A continuación, se explican algunas de las características que definen a las vacas lecheras, resultado de la ejecución del apareamiento correctivo. 

Para comprender en qué consiste el apareamiento correctivo, tenemos que hacer una descripción de las características de importancia económica de las razas lecheras, que son: la estatura del animal, la profundidad, el carácter lechero, el ángulo de anca o grupa, la inclinación y colocación de las patas traseras, el ángulo de las pezuñas y el sistema mamario.

Es importante tener una referencia para saber cuál es el animal más apto. Para ello, se calificará del 1 al 9, siendo la calificación 5 el intermedio o punto de referencia biológico aceptable.

ESTATURA

La primera característica que vamos a demostrar es la estatura; ella se mide desde la cruz de la vaca hasta el suelo (todo en centímetros). Una vaca que tenga 142 cm recibirá una puntuación promedio de 5. Tomando esta referencia, una vaca que alcanza 152 cm es extremadamente alta y una vaca que mide menos de 132 cm se considera como una vaca baja (con una puntuación de 2 a 3). Para nuestro clima, se busca una vaca mediana, que tenga una puntuación de 5 y 6 en promedio como escala de referencia.

PROFUNDIDAD

Lo ideal en una vaca lechera es la profundidad de cuerpo. Es necesario contar con animales bien profundos. Esto indica la gran capacidad de almacenamiento de forraje, lo que redundará en una mayor producción de leche. La profundidad de cuerpo define el equilibrio entre las demás cualidades morfológicas del animal. Para determinar la profundidad de la vaca, se mide desde el lomo hasta el ombligo. La profundidad debe notarse en un 80 % en la parte posterior de la vaca y 20 % en la parte anterior.

CARÁCTER LECHERO

Otra característica es el carácter lechero o angularidad. Este aspecto está muy relacionado con la producción de leche. Vale decir que las vacas con buen carácter lechero o bien angulosas tienen más probabilidad de producir alta cantidad de leche. Lo que define una buena angularidad es el arqueamiento de costilla. Es decir, que las vacas deben poseer costillas bien arqueadas, que se dirijan hacia las ubres y no hacia el ombligo. Cuando las costillas se dirigen hacia las ubres, deben tener el hueso plano, con una separación aproximada de 4 dedos entre costillas.

La vaca también debe tener un aspecto limpio; poco descarnadas y refinadas; con cuello largo y fino. Asimismo, lo ideal es la poca musculatura en la cruz, el lomo y la parte trasera.

ÁNGULO DE ANCA

Otro aspecto a tener en cuenta es el ángulo de anca o ángulo de grupa. Este comprende la cavidad pelviana, la cadera, el anca, los huesos de ilion e isquion. Esta característica se define mediante la colocación de los ísquiones en las grupas. Es una medida que va desde el isquion al ilion y el ángulo que comprende entre estas. El ángulo de anca está relacionado con el comportamiento reproductivo de la vaca, puesto que la colocación del isquion es la que determina, permite o limita el drenaje apropiado del canal del parto.

Si existen desproporciones de la punta del ilion al isquion habrá problemas en el parto.

Una grupa correcta tiene una inclinación de los huesos entre la cadera y el anca, o el ilion y el isquion. Con cualidades correctas, la vaca podrá engendrar un ternero por año, que es lo ideal en producción.

INCLINACIÓN DE LAS PATAS

En este punto, se realiza la vista lateral de las patas traseras, midiendo la cuantía de inflexión del corvejón. Las patas traseras no deben ser ni muy rectas, ni muy curvas. Debe existir un punto intermedio debido a que las patas demasiado rectas dificultan la movilidad del animal y pueden ocasionar inflamaciones; y las patas muy curvas pueden ocasionar problemas en las pezuñas, sobre todo si ellas son muy bajas. Para definir la inclinación de las patas, se mide el ángulo que existe entre el corvejón delantero desde la pezuña.

ÁNGULO DE LAS PEZUÑAS

Igualmente, las pezuñas son muy importantes. Debe medirse el ángulo superior de las patas traseras, es decir, de la pezuña con la base del suelo. Un ángulo de 45 º superior con respecto al suelo tendrá una puntuación de 5. Varios estudios revelan que vacas con ángulos de pezuña de 50º son vacas más longevas, y duran más tiempo en el establo.

COLOCACIÓN DE PATAS TRASERAS

Lo ideal es que exista una separación entre los corvejones al caminar (ellas no deben juntarse, a fin de evitar rozar con las ubres). Esto se logra mediante una pequeña separación de las pezuñas cuando se desplaza el animal. Si las patas traseras son abiertas se brinda mayor espacio a las ubres.

SISTEMA MAMARIO

Esta característica incluye algunos aspectos fenotípicos como altura y anchura de la ubre; ligamento central de la ubre, profundidad de la ubre, colocación y tamaño de pezones.

Primeramente, se define la inserción de la ubre delantera a la barriga. A medida que ocurren las lactancias, ellas tienden a bajar.

Altura de la ubre: Va desde la vulva a la base del tejido secretor. Mientras menos distancia entre la vulva y el tejido de inserción exista, más alta será la ubre.

Anchura de ubre: Esta se mide entre los pliegues laterales internos de las patas traseras. Cuantos más centímetros de separación de las ubres entre los pliegues exista, más ancha será esta. Las características de anchura y altura de ubre demuestran el potencial de producción de leche.

Ligamento central de la ubre: Es otro punto a tener en cuenta. Se mide desde el surco a la base de la misma. El ligamento central mantiene los pezones en el centro de los cuartos mamarios.

Profundidad de ubre: Se mide desde el corvejón hasta el piso o base de la ubre. Lo ideal es que el piso de la ubre esté a 5 cm por encima del corvejón. Esto permite que la ubre esté bien fuerte y evita infecciones en los pezones.

Colocación de pezones: Deben estar en el centro del cuarto mamario posterior. Lo deseable es la colocación en el centro, por lo que se irá abriendo en las posteriores lactancias.

Tamaño del pezón: Se tiene en cuenta para el ordeñe. Se mide desde la base del pezón hasta la punta. La medida ideal va de 4 cm a 5 cm. Pezones muy largos o muy cortos dificultan el trabajo de ordeño.

Fuente: Agencias

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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