Noticias Internacionales

42° COSALFA: Destacan la Prevención, Vigilancia y Erradicación de la Fiebre Aftosa en el Continente

Publicado

en

(2.090 lecturas vistas)

COMPARTIR

Los días 16 y 17 de Abril, se celebró la 42° Reunión de la Comisión Sudamericana de Lucha contra la Fiebre Aftosa (COSALFA) en la ciudad de Quito – Ecuador, y que contó con la participación de los servicios veterinarios oficiales de los 13 países miembros de COSALFA de América del Sur y Panamá  y de sus respectivas contrapartes de los sectores privados representantes de los productores pecuarios – y con cerca de 150 observadores entre representantes de los organismos internacionales, como FAO y OIE, organismos regionales, GIEFA, CAN, CVP y OIRSA, Centros de Investigación y docencia, sectores privados de laboratorios, de asociaciones de ganaderos y de los servicios veterinarios oficiales de países de otras regiones EUA, Canadá, Reino Unido y  Francia. 

En la reunión fue revisada la situación actual de los programas de control y erradicación de fiebre aftosa en Sudamérica y Panamá, y discutidos los desafíos que significa la fase final del Plan de Acción 2011-2020 del PHEFA, junto con las acciones que deberán ser abordadas tanto para alcanzar la erradicación en los países sin reconocimiento como para avanzar hacia el estatus sin vacunación.

Se reconoce que, con más de 3 años sin notificaciones de casos clínicos y el 90% de la población bovina con el estatus de libre con o sin vacunación, el PHEFA ha entrado en una fase final donde se deben adoptar decisiones sanitarias transcendentes, que requiere contar con evidencias suficientes de que el riesgo de infección, tanto interno como externo ha sido mitigado y se han atendido todas las vulnerabilidades, de manera de proteger la población del riesgo de introducción.

Fueron aprobadas ocho resoluciones por los miembros de COSALFA, de las cuales se destacan, la petición a PANAFTOSA-OPS/OMS de establecer un grupo de expertos para que proponga una Guía Técnica con los lineamientos técnico-epidemiológicos y las metodologías para enfrentar la última etapa del PHEFA, tanto a nivel de país como sub-regional, la cual deberá ser analizada y aprobada  en una Reunión COSALFA Extraordinaria, y la decisión de delegar en Panaftosa, la gerencia y administración del futuro BANVACO (Banco de Vacunas de COSALFA), el cual es una herramienta clave dentro de un plan de contingencia, para enfrentar una emergencia de fiebre aftosa.

Por su parte, los días 13 y 14 de Abril de 2015, se llevó a cabo el Seminario Internacional Pre-COSALFA 42, titulado “Consolidando el estatus de la Región de Sudamérica: Planes de Prevención, Vigilancia y Contingencia” donde primeramente se expusieron experiencias de Control de Brotes en el Reino Unido y el Proyecto de Control de Fiebre Aftosa en el Sudeste Asiático. Seguidamente, los países de la región de Américas entregaron las lecciones aprendidas que dejaron los últimos brotes ocurridos en la región y discutieron sobre la actual situación de vulnerabilidad y riesgo de fiebre aftosa. Se exploraron las perspectivas y las etapas a cumplir para realizar la transición del estatus libre con vacunación a libre sin vacunación y se revisaron las estrategias de prevención y los planes contingencia para enfrentar un brote de fiebre aftosa.

Las conclusiones del Seminario fueron: la importancia de tener un enfoque regional para mitigar eficazmente el Riesgo de Fiebre Aftosa en un área geográfica y la importancia de la preparación para enfrentar eventuales emergencias sanitarias con planes de contingencia y personal entrenado de modo de asegurar una respuesta temprana. Se debe promover la comunicación de riesgos, la transparencia, la confianza y aumentar la cooperación bilateral y regional, y en la fase actual del plan de Acción 2011-2020 del PHEFA, se debe mejorar las metodologías de la vigilancia para evaluar situaciones regionales, utilizar herramientas para medir el riesgo y la vulnerabilidad y dar respaldo a las decisiones que permitan la transición de un estatus libre con vacunación a uno libre sin vacunación, conforme los lineamientos del PHEFA y las recomendaciones de la OIE.

De las recomendaciones del Seminario se destaca que, dada la prolongada ausencia de enfermedad hay consenso que el PHEFA inicia una nueva fase, donde es oportuno y necesario evaluar los riesgos de infección, tanto internos como externos, y las vulnerabilidades de los servicios veterinarios en la gestión de riesgos, tal que permitan avanzar hacia una estatus de libre sin uso de vacunas, teniendo en cuenta la situación regional, y en un marco de trabajo colaborativo y transparente para no repetir experiencias pasadas. Para mitigar las graves consecuencias de la aparición de un brote de fiebre aftosa en una zona libre, se deben fortalecer, la gestión de prevención de fiebre aftosa, la preparación de planes de contingencia, la capacitación de los cuadros técnicos y tener a disposición de los países, un banco de vacunas regional para la provisión oportuna y suficiente de inmunógenos, a aquellos países que enfrenten una emergencia sanitaria en sus territorios libres.

Leer más
Click para comentar

Deja un mensaje

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Noticias Internacionales

El valor del queso artesanal como emblema gastronómico: la experiencia uruguaya

Publicado

en

COMPARTIR

Leer más

Noticias Internacionales

Un estudio revela el impacto del fuego en los suelos de los Andes peruanos

Publicado

en

COMPARTIR

Los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego.

En septiembre de 2018, un incendio arrasó casi dos mil hectáreas de matorral en el volcán Pichu Pichu, una zona de alto valor ecológico en los andes peruanos. A diferencia de los ecosistemas mediterráneos, donde la vegetación ha desarrollado estrategias para resistir el fuego, los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego. Un equipo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), de España, y de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, en Perú, ha recogido y analizado muestras de suelo de la zona incendiada, a 3.700 metros de altitud, para comprender cómo estos frágiles ecosistemas responden a la perturbación por incendio.

Los resultados, publicados en la revista Spanish Journal of Soil Science, indican que, cuatro años después del incendio, la combustión de la vegetación y el suelo y la erosión han causado una grave pérdida de carbono orgánico, un elemento esencial para la fertilidad del suelo. “Los Andes peruanos no están preparados para los incendios”, advierte Jorge Mataix Solera, catedrático de la UMH y experto en edafología con más de treinta años de experiencia en la recuperación de suelos quemados. Mataix recalca que, si bien el fuego es una fuerza ecológica natural, sus efectos pueden variar mucho dependiendo del ecosistema. Según se desprende del análisis realizado, el suelo del Pichu Pichu se ha degradado física y químicamente tras el incendio, por lo que la regeneración del ecosistema será más difícil. Además, la erosión producida tras el incendio ha desencadenado más procesos degradativos, reduciendo por ejemplo el contenido de arcilla, lo que debilita aún más la estructura del suelo.

Uno de los problemas detectados en estos suelos áridos es su tendencia natural a repeler el agua debido al tipo de materia orgánica que, junto con su alto contenido de arena, es un fenómeno que persiste tras el incendio. Sin vegetación para retener la humedad y la repelencia al agua, ésta se desliza en la superficie en lugar de infiltrarse, lo que acelera la erosión del suelo. “Mientras que los suelos bien estructurados y evolucionados como los mediterráneos poseen una elevada capacidad de retención hídrica, los suelos volcánicos andinos, muy jóvenes y arenosos, tras la pérdida de materia orgánica en el incendio pierden la capacidad de retener agua” explica la investigadora de la UMH Minerva García Carmona. “Por eso es tan importante conocer las consecuencias del fuego en este tipo de suelos jóvenes y frágiles”, declara la experta, “y un factor determinante es cómo influyen las plantas en el suelo, que son las que conforman el material combustible en el incendio”.

El estudio se centró en dos especies nativas con un papel clave en el ecosistema: Berberis lutea, conocida como ‘palo amarillo del Perú’, y Parastrephia quadrangularis, llamada ‘Tola’. Los investigadores analizaron si el fuego había afectado de manera diferente a los suelos según la vegetación predominante. Descubrieron que en las zonas dominadas por el palo amarillo la degradación fue más severa. “Es una planta más grande, con mayor biomasa, lo que seguramente intensificó los efectos de la combustión en el suelo”, aclara García.

El equipo de investigadores de la UMH conoce bien las consecuencias de un incendio en los bosques mediterráneos, más resilientes al fuego por su evolución histórica con la presencia del fuego que ha llevado a desarrollar múltiples estrategias de resistencia y resiliencia. Ahora, sus descubrimientos en el volcán Pichu Pichu reafirman la evidencia de que los suelos volcánicos de la región de Arequipa, que de forma natural retienen menos agua, se pueden ver particularmente degradados con la presencia de incendios, lo que acrecenta su vulnerabilidad a esta perturbación.

El Pichu Pichu se encuentra en la zona volcánica central de los andes. Los investigadores de la UMH recogieron muestras de suelo a unos 3.700 metros sobre el nivel del mar, donde las precipitaciones, de apenas 385 mm anuales, se concentran en tres o cuatro meses del año. De manera que la región de Arequipa se considera un ‘desierto frío’ -las temperaturas van de los 4 a los 18 grados centígrados- y la vegetación se compone principalmente de matorral muy adaptado a la sequía extrema.

Debido a las escasas precipitaciones, el cinturón volcánico de los Andes es una fuente de agua crucial para las áreas adyacentes. “Si bien Pichu Pichu está dominado por matorral, las faldas de la montaña están también cubiertas a una cierta altitud de bosque y albergan una gran diversidad de especies animales y vegetales”, señala el profesor de la UMH. A las faldas del volcán, se encuentran los bosques de queñuales (Polylepis), cuyas especies endémicas del Perú se encuentran en peligro de extinción.

El investigador de la UNSA Lunsden Coaguila explica que “no es fácil tomar muestras de suelo a tanta altitud”. En el estudio, realizado en colaboración con investigadores de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), ha sido crucial la colaboración de la Comunidad Campesina Polobaya y la de la Comunidad Campesina Pocsi, que han permitido el acceso a las áreas de toma de muestras. “También, hemos contado con el apoyo del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre de Arequipa”, relata el experto.

En Perú, la mayor parte de los incendios se producen de julio a octubre. El proyecto de vigilancia por satélite Queimadas registró un máximo histórico de 7.037 focos en septiembre de 2024. “En una región como Arequipa, situada en una zona desértica, comprender el papel de los suelos bajo nuevos regímenes de incendios es esencial para evaluar la resiliencia de estos ecosistemas frente al cambio climático”, afirma el investigador de la UMH.

Mataix opina que, cuanto más sepamos, más podremos ayudar a diseñar estrategias de prevención y de tratamiento postincendio que ayuden a mitigar los efectos del aumento de las temperaturas y de la sequía intensificada. “Es tan necesario en Perú como en España”, concluye el experto, “aunque el fuego es un fenómeno natural, la crisis climática está exacerbando estos fenómenos y debemos hacer todo lo posible para adaptar los ecosistemas a las nuevas circunstancias y hacerlos más resilientes”.

 

Leer más

Noticias Internacionales

Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos 2025

Publicado

en

COMPARTIR

Leer más

Tendencia