Wildpoldsried es una pequeña aldea en Baviera, sur de Alemania, con unos 2.600 habitantes principalmente dedicados a la ganadería lechera.
Hace casi dos décadas, el pueblo decidió embarcarse en un experimento para transformar toda la generación de energía a métodos renovables y así ser autosuficiente.
En los últimos 19 años han invertido en toda una gama holística de proyectos de producción de energía que incluyen turbinas de viento, paneles solares fotovoltaicos, sistemas hidroeléctricos y de biomasa.
Como resultado, la aldea ha ido más allá de la independencia energética, produciendo cinco veces la energía que necesita y vendiendo el superávit al tendido eléctrico nacional.
El fenómeno de Wildpoldsried sucede en el marco de la política de transformación energética en Alemania conocida como Energiewende,revolución energética, para reducir la dependencia de hidrocarburos y completamente abandonar la energía nuclear.
Los programas de energía renovable en Alemania han ganado mucho impulso en años recientes y el gobierno ofrece subsidios auspiciados por la Ley de Suministro de Energía.
«Ganaderos Visionarios»
Sin embargo, el caso de este pueblo en Baviera es especial.
El proyecto partió de una iniciativa ciudadana, particularmente de los ganaderos que no querían continuar quemando diésel, especialmente para la calefacción.
Foto. Wendelin Einsiedler (en el centro con un papel) fue el primero en construir un generador de biogás e instalar paneles solares con su propios fondos.
«Contamos con muchos ganaderos que son visionarios que querían cambiar los sistemas anticuados y reemplazar los turbinas eólicas y sistemas de biomasa para producir gas», dijo a BBC Mundo Susi Vogl, portavoz de la comunidad y encargada de organizar los grupos de visita que hacen turismo energético.
Un ganadero en particular, Wendelin Einsiedler, asumió el liderazgo con un proyecto personal.
«Construyó su propio generador de biogás, puso paneles solares fotovoltaicos y planeó e instaló la primera turbina de viento en Wildpoldsried. Lo hizo con su propio dinero», explicó Vogl.
Varios otros ciudadanos, atraídos por la idea de buscar fuentes alternativas empezaron a invertir su dinero en el proyecto de turbinas eólicas e iniciaron una compañía.
Visión para el 2020
En 1999, el gobierno local hizo una consulta que llamó Liderazgo de Innovación para Wildpoldsried (WIR-2020, por sus siglas en alemán) en el que se le preguntó a la ciudadanía qué proyectos visualizaban para el año 2020.
WIR-2020 contempla tres áreas:
- Energía renovable y ahorro
- Construcción ecológica con materiales ecológicos
- Protección del agua y recursos acuíferos.
Foto. La ciudadanía de Wildpoldsried aprobó por gran mayoría el proyecto de energía renovable. La mayoría favoreció el cambio a la autosuficiencia energética con fuentes renovables.
«El secreto de nuestro éxito es laparticipación ciudadana», aseguró Susi Vogl a BBC Mundo.
La turbina eólica del tamaño de un ventilador que puede producir energía durante 20 años
«Al comienzo, fueron 25 los que invirtieron en la primera turbina. Para la siguiente turbina fueron 50 y, el año pasado, construimos otras dos en las que 200 personas invirtieron».
Para 2011, la aldea producía tres veces la energía que consumía. Hoy en día genera 500% de la que necesita.
Millonario Retorno
Toda esta se le suministra a la red eléctrica nacional que a su vez controla y administra la distribución energética. El superávit se les paga a los pueblerinos inversionistas.
«En total, los ciudadanos han invertido 40 millones de euros en todo el proyecto y el retorno ha sido de 5 millones de euros al año por la energía que le vendemos al tendido eléctrico», indicó Vogl.
Foto. Gran parte de los paneles solares se encuentran instalados en residencias privadas. «Es mejor que meter el dinero en un banco», recalcó con entusiasmo.
Todo el proyecto comprende 11 turbinas eólicas con capacidad de 12 megavatios, cinco plantas de biogás, 2.100 metros cuadrados de paneles solares fotovoltaicos que producen casi 5 megavatios, una red de calefacción distrital por biomasa y tres pequeñas plantas hidroeléctricas.
Una lámina que transforma el celular en un panel solar
Además, se ve uno que otro auto eléctrico rodando por las calles.
Todos los edificios públicos, 120 residencias y cuatro compañías están conectados al sistema distrital de calefacción. Que es un sistema de biomasa cuya fuente es desperdicio orgánico.
La mayoría de los paneles solares están en residencias privadas.
Trabas
No todos están satisfechos con lo que se podría considerar la «contaminación visual» de las turbinas eólicas.
«Hay unos 10 o 20 a los que no les gustan las turbinas», reconoció Susi Vogl, «pero no hay discusión, todo está aprobado».
La mayoría no tiene problema con el aspecto visual dijo la portavoz de la comunidad. Wildpoldsried no cuenta con muchos turistas y sus turbinas significan que otras regiones vecinas con mayor turismo campestre no tengan que instalarlas.
Foto. Una nueva ley en Baviera no permite que la distancia entre una turbina eólica y una residencia sea menor a 2 kilómetros.
«Tenemos 11 turbinas en una montaña y la gente dice: ‘Mejor 11 en una sola montaña que una en cada aldea'», comentó Vogl.
Muchas comunidades rurales alrededor del país están interesadas en la manera como Wildpoldsried genera su energía.
Susi Vogl organiza lo que se llama turismo energético. En una gira de un día se les muestra las instalaciones, se les explica cómo empezaron el proyecto y cómo lo administran.
Sin embargo, aunque quieran, no todos pueden seguir el ejemplo.
El gobernador de Baviera, el conservador Horst Seehofer, impuso una nueva ley conocida como 10-H, que no permite que haya menos de 2 kilómetros de distancia entre una turbina eólica y una residencia.
«Eso es imposible en esta parte del mundo. Baviera no tiene tanto espacio, no somos como Australia», subrayó Vogl.
Foto. El pueblo ha recibido la visita de delegaciones internacionales, incluyendo de Brazil, India y Japón.
La regla solía ser que sólo se necesitaba un kilómetro de separación. Con la nueva ley, si no se puede cumplir la distancia reglamentaria, debe haber absoluta unanimidad entre la ciudadanía.
Eso no sólo ha evitado que otras comunidades inviertan en sus propios proyectos de autosuficiencia energética perolimita lo que Wildpoldsried pueda hacer a futuro.
«En las últimas semanas, sostuvimos dos referendos locales para construir dos turbinas eólicas más y ganó el ‘no'», afirmó Vogl.
No obstante, esta pequeña aldea en el sur de Alemania sigue siendopionera y ejemplo internacional de unidad y empresa comunitaria con una visión hacia el futuro de la energía renovable. Susi Vogl constantemente atiende las visitas de comunidades de otros países interesados en empezar proyectos similares.
En lo que va del año, han llegado delegaciones de 17 países incluyendo Brasil, India y Japón, aseguró a BBC Mundo.
Miles de manifestantes piden fin de energía nuclear en Japón.
¡Qué tal creatividad e innovación!. ¿Por qué no copiar algo para la solución de la bendita tragedia de nuestros campesinos de las alturas?. Tantos burócratas incapaces de prevenir los archiconocidos friajes. Todos los años se repiten los mismos embates, y se acuerdan en pico del friaje.