El equipo científico multidisciplinar, formado por investigadores de las universidades españolas y francesas de Alicante, Jaén, Granada, Université de Montpellier – Université Paul-Valéry Montpellier, Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC y IUCN-Centre for Mediterranean Cooperation, y liderado por José R. Verdú, científico del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad (CIBIO) de la Universidad de Alicante, acaba de publicar un nuevo trabajo que arroja resultados muy contundentes sobre cómo está afectando la ivermectina a la disminución de fauna coprófaga.
Ahora sí hay pruebas científicas suficientes para afirmar que la ganadería tratada con ivermectina provoca la acumulación de cinco veces más excrementos por hectárea y año que la ganadería orgánica o ecológica.
La ivermectina es un antiparasitario muy eficaz, usado de manera preventiva en el ganado, desde su descubrimiento en 1981. Desde entonces ha experimentado un crecimiento exponencial, hasta convertirse en un tratamiento estándar contra los parásitos, incluso en humanos. Es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un medicamento esencial.
En 2015 el equipo investigador publicaba “Low doses of ivermectin cause sensory and locomotor disorders in dung beetles” en la revista Scientific Reports. En aquella ocasión analizaban el efecto del fármaco ivermectina sobre las poblaciones de Scarabaeus cicatricosus, escarabajo coprófago clave en los ecosistemas mediterráneos. La investigación demostraba que los artrópodos que ingieren esta sustancia, incluso en dosis bajas, pierden su capacidad para interactuar con el medio porque ven alteradas sus capacidades locomotora y sensorial, dato que puede explicar el declive que vienen sufriendo las poblaciones de estas especies de escarabajos.
Y es que, como ya demostraron entonces, la molécula de ivermectina no se degrada fácilmente cuando sale en el excremento del ganado. Los residuos permanecen activos, como mínimo, un mes más desde el momento en que cae en el campo, de forma que tiene el mismo poder letal para artrópodos que para los parásitos intestinales. Esto provoca la disminución de las poblaciones de escarabajos, dípteros, etcétera. El resultado es que los artrópodos adultos (escarabajos) sí se ven afectados y de manera muy notable, tanto en su movilidad, como en su orientación y capacidad reproductora.
Con el trabajo anterior sí demostramos que afecta a los escarabajos adultos, que fue la novedad zoológico comportamental”, afirma el investigador.
José Verdú detalla que, en este nuevo trabajo, “tratamos el problema de la ivermectina desde un punto de vista de la biodiversidad y su problemática ambiental a corto y largo plazo. Los resultados son muy contundentes”.
El artículo recién publicado constata cómo la ganadería tratada con ivermectina acumula en la superficie del suelo cinco veces más excrementos por hectárea y año que la ganadería orgánica o ecológica.
La disminución de la fauna y su diversidad, disminuye la degradación de los excrementos y eso hace que permanecen intactos en el suelo, sin degradar. Eso tiene repercusiones en la calidad del pasto y en la biología del suelo, en el ciclo de nutrientes del suelo. Los científicos han observado, también, cambios en la biología del suelo, produciendo nitrificación. Las plantas nitrófilas aprovechan ese nitrógeno, y se producen cambios en la vegetación.
Así pues, y corroborados los efectos negativos en los lugares donde se ha usado ivermectina a lo largo de veinte años de aplicación, con disminución de las poblaciones, del número de especies y del proceso de degradación de los excrementos, el equipo de investigadores está estudiando las consecuencias que esta acumulación de excremento tiene también a nivel de emisión de gases de efecto invernadero. “Ahora estamos con el proyecto que continúa esta investigación, donde estamos viendo las consecuencias que esta acumulación de excremento tiene también a nivel de emisión de gases de efecto invernadero”, asegura Verdú.
Esta cantidad de excremento provoca un aumento de gases de efecto invernadero, especialmente de metano, además, su acumulación afecta en la disminución de la diversidad de esta fauna coprófaga. “El excremento se acumula en el campo porque la fauna coprófaga está afectada por el uso de antiparasitarios” especifica Verdú.
Medición en Doñana
La medición se ha realizado en Parque Nacional de Doñana, por lo que la preocupación de los científicos es alta. Tal y como declara Verdú, la alarma entre los científicos viene justificada por el hecho de que “se ha demostrado en un sitio que no debería ocurrir esto: en un parque nacional. Si esto sucede ahí, en el resto del país puede ser mucho peor”, asegura el experto. Para realizar el estudio, los investigadores compararon lugares donde no se ha usado la ivermectina y otros donde se lleva usando desde hace al menos un par de décadas.
La Agencia española de Medicamentos y Productos Sanitarios está sensibilizada con el tema y están valorando añadir, dentro de la ficha técnica de los medicamentos que tienen como principio activo la ivermectina, la información del efecto negativo sobre el proceso fisiológico en adultos y el proceso ecológico que desempeñan los escarabajos coprófagos.
El artículo científico se ha publicado en versión on line con fecha de 2018 en Science of the Total Environment, revista de alto impacto en materias medioambientales. El 15 de marzo de 2018 se publica en su edición en papel.
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