Universidad Costarricense Desarrolla un Protocolo Capaz de Caracterizar la Brucelosis en sus Distintas Especies

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La brucelosis en los seres humanos es conocida como fiebre ondulante o fiebre de malta y puede presentar síntomas muy variados y difusos que suelen confundirse con una gripe. En América Central la prevalencia de brucelosis bovina es estimada entre un 4% y 8%.

Si bien la enfermedad conocida como brucelosis es de notificación obligatoria, estudios recientes revelaron que debido a dificultades diagnósticas, las clínicas y laboratorios del país carecen de un registro completo sobre las distintas especies de brucella hasta ahora reportadas. Ante este panorama, la unidad de Bioquímica de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de Heredia, Costa Rica (UNA) desarrolló un protocolo capaz de caracterizar esta enfermedad en sus distintas especies.

Aunque la brucelosis afecta mamíferos como vacas, cerdos, cabras y animales marinos, los seres humanos no están exentos, ya que es una enfermedad zoonótica, es decir, se transmite a las personas por fluidos de animales infectados o por consumir productos no pasteurizados.

Caterina Guzmán, coordinadora del laboratorio de Bioquímica de la UNA, indicó que la carencia de un protocolo de identificación no permite realizar una correcta vigilancia epidemiológica, un adecuado control sanitario del comercio transnacional de animales, sus derivados, así como un correcto diagnóstico y tratamiento de la brucelosis.

“A lo largo de estos años nos enteramos de que existe desconocimiento acerca de esta enfermedad y las posibles fuentes de infección. Por eso, desarrollamos un método sobre cómo identificar los diferentes tipos de brucelosis, pues, según la especie, así será el tratamiento”, recalcó Guzmán.

Añadió que, en coordinación con el Ministerio de Agricultura y Ganadería y la Fundación Keto, se estableció un sistema de comunicación para el reporte y la atención de mamíferos marinos, ya que a la fecha, de los encallamientos atendidos, el 98% tiene evidencia de haber muerto por brucelosis o haber estado en contacto con la bacteria.

Otra de las razones que llevó a la elaboración de este protocolo obedece al reporte en países vecinos de la Brucella melitensis, la cual afecta a las cabras y es considerada como arma bioterrorista a nivel mundial, sobre todo porque es capaz de generar una enfermedad aguda y ocasionar la muerte de forma inmediata. “En el país se cree que no existe porque la cantidad de caprinos es reducida, pero esto no excluye que pueda ser importada, debido al incremento del intercambio comercial y el tráfico de personas”, puntualizó Guzmán.

Síntomas Confusos 

La brucelosis en los seres humanos es conocida como fiebre ondulante o fiebre de malta y puede presentar síntomas muy variados y difusos, entre ellos, dolor muscular, malestar general, dolor de cabeza, vómito y artritis. Incluso algunos de sus síntomas, como la fiebre de forma intermitente, suelen confundirse con una gripe.

Guzmán añadió que el diagnóstico a nivel humano es mucho más complicado, ya que en la actualidad no existen exámenes específicos para las personas, sino que se utilizan pruebas adaptadas, las cuales carecen de sensibilidad.

Debido a la falta de entrenamiento del personal médico, en muchas regiones del mundo la enfermedad toma un rumbo crónico, al punto que un individuo puede pasar años sin un diagnóstico certero. Incluso algunos pacientes son tratados como enfermos psiquiátricos, pues nunca se logró determinar una causa física de los síntomas que dicen presentar.

País Vulnerable 

Guzmán agregó que la única especie aislada en Costa Rica es la Brucella abortus, con alta incidencia en las regiones lecheras de Coronado, San Carlos y Cartago, donde veterinarios y encargados de lecherías podrían verse afectados por el contacto con los bovinos.

Explicó que Costa Rica se encuentra en este momento en una situación de vulnerabilidad, porque no se puede realizar un diagnóstico para identificar las otras especies de brucella y, además, porque los organismos nacionales responsables de hacer la declaración obligatoria de la presencia de la brucelosis no tienen esa capacidad.

La idea es adaptar este protocolo mundial a la realidad de Costa Rica para luego transferirlo a las entidades estatales responsables de realizar la declaración obligatoria, ya sea el Inciensa, en el caso de humanos o el Senasa en animales. “Si en un hospital aparece un aislamiento y el microbiólogo tiene la sospecha de que es una brucella, el especialista tiene la obligación de enviar la muestra a alguno de los entes responsables de hacer la declaración, quienes deberían tener la capacidad de identificar el tipo de brucella y así generar el tratamiento adecuado”, detalló Guzmán.

Fuente: Agencias

 

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