Con la finalidad de contribuir con el cuidado del medio ambiente, un equipo de investigadores de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), viene trabajando en la elaboración de un papel envoltorio que contribuya con la protección y conservación de alimentos, a partir de fibras vegetales de bambú, recicladas y reforzadas con nanocelulosa.
La nanocelulosa es un aditivo que brinda mejor flexibilidad, mayor disponibilidad, mejorando la resistencia mecánica, y la densidad del papel, optimizando el comportamiento frente a los fluidos. Además, el origen de este compuesto es exclusivamente orgánico, no tóxico, e ideal para la cobertura de los alimentos.
“El bambú es una planta leñosa que crece más rápido que la madera (cuatro años) y es una alternativa de desarrollo que se está tratando de promover en el Perú. El bambú, es utilizado en construcción para hacer muebles, nuestra idea es contactarlos y aprovechar los residuos”, indicó Héctor Gonzáles, investigador principal del proyecto.
Es así como viendo la necesidad de sustituir el plástico por el papel de envoltura para alimentos los investigadores optaron por el uso de nanocelulosa como aditivo, ya que disminuye la permeabilidad, aumenta la resistencia del papel y mejoran algunas propiedades físicas, tales como la densidad y la porosidad.
“La nanocelulosa refuerza las propiedades del papel, lo mantiene con alta resistencia y también podría sellar la porosidad del papel, una gran diferencia entre el plástico y el papel, es que este es mucho más poroso que el plástico y ahí viene el problema de la transferencia de gases a través del material”, explicó Gonzáles.
Por su parte, Aldo Cárdenas, co-investigador del proyecto señaló que “este papel con nano permitirá envolver alimentos, por ejemplo, como el pescado, una pera, una manzana, o una mandarina, entonces al envolverlos, vamos a evaluarlos cada cierto tiempo para ver si efectivamente ha habido un mayor grado de maduración por el fluido de aire, o quizá una degradación de la fruta, si esta ha mantenido sus colores, etc. Entonces de acuerdo a eso vamos a determinar si este papel ha presentado mejores características”.
Este producto, que es completamente ecológico, ya empieza a tener buenos resultados, demostrando que la porosidad otorgada por la nanocelulosa en un papel, mejora considerablemente, llegando a superar el paso de fluidos como el aire, así como aumentar la resistencia del papel.
“Actualmente, venimos trabajando con la empresa Carvimsa, dedicada a fabricar papel y cartones y han mostrado su interés en la aplicación de nuestro producto, ya hemos aplicado la nanocelulosa mezclada con su fibra de papel y se ha logrado obtener una mejora en las propiedades mecánicas”, precisó el investigador principal.
Este proyecto, que viene recibiendo financiamiento del Concytec, a través de su unidad ejecutora Prociencia, con apoyo del Banco Mundial, busca darle un valor agregado y aprovechamiento al uso del bambú, con el fin de atender y dar una respuesta favorable a la problemática ambiental.
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