Un Olor Desagradable puede ser Clave para Ahuyentar a Depredadores del Ganado

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En España se realizó una investigación en la que se encontraron avances para prevenir la depredación del ganado a causa del lobo. Esta técnica consiste en usar sustancias químicas en la victima de tal forma que produzcan un efecto desagradable en el predador.

De acuerdo al portal Diario Veterinario, científicos del Grupo de Gestión y Recursos Cinegéticos y Fauna Silvestre y del Grupo de Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto en Recursos Cinegéticos de la Universidad de Castilla – La Mancha en colaboración con otras instituciones científicas se han avanzado en el desarrollo de la aversión condicionada a la presa como una herramienta no letal para el control de la depredación.

La técnica consiste en usar sustancias químicas en la presa que produzcan un efecto adverso desagradable como vómitos, nausea o diarreas en el depredador, de modo que aprenda a rechazar esta presa en encuentros posteriores al asociarla con un sabor o un olor que les genere malestar.

Se trata de desencadenar un mecanismo de supervivencia natural que muchos depredadores desarrollan para evitar el consumo de alimentos tóxicos o en mal estado una vez que han tenido una primera mala experiencia.

Según informan los investigadores se ha conseguido aplicarla con éxito para proteger nidos de perdiz roja y otras aves que nidifican en el suelo de la depredación por zorro mediante la inducción de una aversión al sabor, y para reducir la incidencia de la depredación del zorro sobre el conejo de monte durante las translocaciones mediante la inducción de una aversión al olor.

Los buenos resultados obtenidos les llevó a los investigadores plantearse si la aversión condicionada a la presa podría ser usada para prevenir la depredación del lobo sobre el ganado, contribuyendo de este modo a garantizar su coexistencia con la actividad ganadera y su conservación.

Para resolver este planteamiento, los investigadores indujeron aversión al olor a 5 lobos del Parque Zoológico de Córdoba, utilizando para ello carne de muflón con una sustancia química antiparasitaria que provoca un efecto desagradable al ser consumido y olor a vainilla. Los resultados mostraron que con tan solo una exposición puntual al antiparasitario, 4 de los 5 lobos utilizados en el experimento desarrollaron aversión a la carne de muflón durante al menos un mes.

Estos animales aprendieron que consumir carne con olor a vainilla les provoca malestar, por lo que eligieron no consumirla en encuentros posteriores durante al menos un mes, cuando la carne en realidad ya no contenía el antiparasitario.

Luego de este tiempo, los investigadores redujeron la cantidad de olor a vainilla al alimentar a los lobos con la misma carne de muflón, lo que provocó que 2 de los lobos que habían desarrollado aversión volvieran a consumir la carne. Esto indica que el mantenimiento de la aversión condicionada a la pesa mediante una señal de olor depende de la presencia de ese olor.

Este trabajo de investigación demuestra que el uso de la aversión condicionada a la presa mediante una señal de olor podría usarse de varias maneras para proteger al ganado del lobo. Por un lado, esto permitiría la creación de una ‘zona de amortiguación’ con el olor para proteger al ganado en áreas cercadas. No obstante, esta estrategia podría tener que limitarse solo a las explotaciones con alta frecuencia de ataques, debido a la dificultad de aplicarla a todas las explotaciones sujetas a riesgo, especialmente en sistemas ganaderos complejos.

Por otro lado, la aversión condicionada a la presa podría usarse en casos muy concretos para proteger a animales de alto valor que se encuentran en extensivo, colocándoles un dispositivo que pueda desprender el olor al que se ha generado la aversión. El desarrollo de un dispositivo de este tipo, con bajo mantenimiento y un olor fácilmente recargable, puede ser esencial para la implementación de la aversión condicionada al olor en ganado en libertad en áreas remotas.

Depredadores en Colombia

De acuerdo a lo publicado por este medio hace unos meses, en Colombia Román Jiménez Aristizábal, médico veterinario zootecnista y propietario de la Hacienda El Pajuil, explica que la ganadería regenerativa implica convivir con la fauna nativa, con seres no deseados como serpientes y felinos.

Para persuadir a los jaguares de comerse su ganado, el experto se ha esforzado por mantener el habitad de los mamíferos silvestres de menor tamaño, que son la presa natural de los felinos. “Para ellos, tenemos que fomentar la fauna nativa como los ciervos, mapaches, conejos, silvestres, chigüiros porque así aumentamos la presencia de esos animales que son sus presas naturales. Yo te garantizo que un jaguar prefiere cazar un ciervo de 80 o 100 kg que una vaca”, comenta.

Finalmente, es importante que el productor tenga claro que si siente la obligación de utilizar los insumos químicos, es vital que se realice bajo un límite racional de tal forma que se apliquen los principios de conservación, manejo de la fauna silvestre y sostenibilidad con el ambiente.

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