Resumen
Los testimonios de los alumnos sobre el comportamiento académico de sus profesores es un intangible que no siempre se disfruta, y menos aun públicamente. Se muestra un enlistado de evidencias de usuarios de mis libros, especialmente de aquellos usuarios del Manual de Redacción científica; respecto de los cuales, aspiro a que no se confunda con algún nivel de egolatría. Incluye las reseñas bibliográficas de mis libros de Nosoparasitosis de los animales domésticos y, el del inventario de investigación pecuaria; en el horizonte de mis Bodas de Oro de docencia universitaria.
Introducción
«El profesor mediocre cuenta. El buen profesor explica. El gran profesor demuestra. El mejor profesor inspira.»
William Arthur Ward
Inspirar a los alumnos para extraer sus mejores recursos para el aprendizaje, y luego cosechar las evidencias de gratitud, es la más grande satisfacción de la docencia universitaria. Tal ha sido mi humilde actitud en el aula y luego en el contenido de mis libros; remembrada ahora en mi Bodas de Oro docente, que se inició en 1966, como Ayudante Alumno y concluir como Profesor Principal activo en 1997, en la Catedra de Parasitología de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; docencia que aún no concluye, y sustenta el tiempo de Bodas de Oro. La colección de los testimonios de gratitud que se enlista han sido posible por herramienta cibernética: las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), generadas de la inter relación del libro electrónico (Manual de Redacción científica) con los usuarios (especialmente alumnos) directos y/o virtuales. De hecho, estos son los aspectos centrales del artículo.
En tanto que en los libros restantes, los testimonios se limitan a las Reseñas bibliográficas, escritas por preclaros profesores universitarios; a quienes les reitero mi eterna gratitud y estima.
En la mayoría de los testimonios se dice el “milagro sin citar al Santo”, por el mínimo respeto y consideración que guardo por los autores. ¡Todos tienen autoría!.
Un hecho que vale pena relatar es el financiamiento de los libros (que alcanzan miles de dólares, por los tirajes de entre 1000 a 2000 ejemplares, cada uno). La historia comienza con libro del Año Sabático en 1990. La Norma era retornar con el Documento, para ser aprobado en el Consejo de Facultad y su ulterior publicación. Para entonces ya me había ganado el prestigio y confianza de los Gerentes de Laboratorios Veterinarios (LV) internacionales y nacionales.
Al finalizar el primer semestre del Año Sabático, ya tenía listo libro, y entonces me pregunte: ¿Qué hacer el resto del tiempo?, ¿Por qué no publicarlo?, ¿cómo financiarlo? y ¿cómo superar la Norma académica?.
Indague en mis amigos gerentes de los LV, la posibilidad de insertar publicidad impresa de Antiparasitarios, entre las páginas del libro. La idea funciono y fue la constante en mis posteriores cinco libros impresos; y puedo agregar que todos, no me costaron un solo centavo, y por eso se obsequiaron y/o vendieron a precios de regalo.
Hay dos anécdotas del primer libro: 1) En 1990, el Gerente de Bayer Perú (Enrique Núñez de los Ríos), tenía un reunión mundial de la transnacional, en Santo Domingo, y quería mostrar el libro como una forma de apoyo de la Empresa a la sociedad. Me pidió un ejemplar, pues ya estaba en la imprenta; pero en esos momentos el Perú sufría los famosos apagones eléctricos (generados por el terrorismo de Sendero luminoso), y el libro sufría el problema de impresión, pero se hizo el esfuerzo de preparar un ejemplar, que tuve que entregarlo al gerente Núñez, ya en el aeropuerto. Luego me contó, de la peculiaridad y los múltiples comentarios proactivos. 2) la otra, se suscitó al retornar del Año sabático: Me hice presente al Decanato con el libro impreso, y el señor Decano (con toda autoridad) me advirtió que solo se requiere el Documento Informe, para ser aprobado por el Consejo de Facultad. Con todo respeto, le respondí, que lo tomara como tal, en merito a la “Libertad de Catedra” y que me atenía a las consecuencias.
En la universidad se convive con la costumbre del Poder, la confrontación, la revancha y/o la envidia; y yo no quería pasar por el trance: rechazo del Documento, a causa de las opiniones pintorescas, como “quítame esta coma, etc”; a excepción clara esta, de las sesudas y respetables opiniones académicas. Por lo que seguidamente se muestra, y la experiencia vivida, me quedo con el dicho: “Nadie es profeta en su tierra”.
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