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Sales Aniónicas: ¿Qué son y cuándo deben suministrarse?

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Este tipo de sales se suministran a la vaca en el período de preparto para tratar problemas relacionados por la falta de calcio, que surgen por la alteración en el metabolismo de las madres durante la gestación.

Alex Fernando Gutiérrez, zootecnista y asesor en nutrición de ganado de leche, explicó que las sales aniónicas tienen un aporte importante en las reses que están a punto de parir. Si están en ese estado, no pueden recibir las sales tradicionales.

“Así como su nombre lo dice, están cargadas de aniones. Lo que hacen es regular el metabolismo en la vaca preparto y evitan que sufran de problemas como hipocalcemia, vaca caída o retención de placenta”, indicó.

En efecto, en las 3 semanas previas al nacimiento del ternero, la glándula mamaria de la madre se recompone y su metabolismo se adecúa para afrontar la gran movilización de calcio que sucederá al momento del parto con la producción de calostro.

Si el metabolismo no se adapta de forma correcta, se puede producir la paresia puerperal o enfermedad de la vaca caída, sobre todo en aquellas destinadas a la alta producción.

De igual forma, en ocasiones se presentan síntomas como descoordinación, inestabilidad al caminar, o se observan animales que permanecen echadas con la cabeza orientada hacia su flanco. Si no se trata a tiempo, el animal podría entrar en coma y morir.

También se puede presentar la hipocalcemia, que es una deficiencia aguda de calcio, que se desarrolla por la desincronización en los mecanismos responsables de mover el de los huesos y de absorberlo por la alta demanda que genera el calostro.

“Los aniones que influyen para balancear el calcio son el sodio, el potasio, el cloro y el azufre. Estos son elementos cargados negativamente y deben darse sobre todo antes del parto o cuando se presentan las deficiencias de calcio en las fincas”, sostuvo Gutiérrez.

El experto en nutrición bovina Luis Antonio Cuadros Moreno hizo referencia a la ecuación conocida como balance o diferencia catión-anión, BCAD. Se expresa en miliequivalentes y la cantidad se determina luego de resolver la fórmula: [(Na+ K) -(CI + S)]/100 g de materia seca.

“Es un balance entre los positivos que son los cationes y los negativos, que son los aniones. Al resolver la suma debe dar 0 o menos para las vacas que están próximas a tener cría. Después de dar a luz, debe ser un valor de mínimo 100”, señaló.

Para hacer este balance, hay diferentes fuentes de sales aniónicas, que incluyen sulfatos de amonio, calcio y magnesio que no excedan el 0,4 % de base seca. Así como el carbonato de calcio, ácido fosfórico y fosfato monocálcico se usan para suplir las necesidades de calcio.

“Los ganaderos no dan calcio a la vaca antes del parto porque se cae. Pero la vaca necesita este elemento en grandes cantidades porque está formando la osamenta del ternero. Si no se lo dan en la dieta, el organismo del animal remueve el calcio de la médula ósea y de su esqueleto para aportar a la formación de la cría”, aclaró Cuadros Moreno.

Por su parte, Gutiérrez explicó que las sales aniónicas son poco palatables, pues son excesivamente saladas y las vacas podrían no consumirlas. Por eso, recomendó mezclarlas con otro alimento más agradable.

“Generalmente, los productos no tienen buen sabor por lo que hay que enmascararlos, tratando de mezclarlos con concentrado o heno”, sugirió el experto.

Añadió que en las vacas preparto se puede optar por ofrecer pastos viejos, de más de 50 o 60 días, que pueden ser un complemento en la dieta del animal.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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