A fin de verano y comienzo de otoño se dan condiciones ambientales de temperatura y humedad que son muy favorables para la siembra de verdeos de invierno y pasturas perennes. Según Jorge Castaño, especialista en pasturas de INTA (Argentina), hay que tener en cuenta varios puntos que resultan claves para potenciar la producción de las pasturas.
Adecuada Planificación
“La primer recomendación es tener una adecuada planificación, al menos desde un año antes de la fecha de siembra de la pastura. Planificar cuáles van a ser los cultivos antecesores que van a usar previamente ese lote», explicó el profesional. En dichos cultivos anuales se controlarán las malezas problema con herbicidas específicos. Y destacó que otro aspecto importante es comprar semilla de calidad reconocida.
“El INASE obliga a los vendedores de semillas a vender la bolsa con un rótulo donde esté especificada su calidad, qué poder germinativo tiene y qué pureza. Esa información es esencial que la conozca el productor», agregó.
En la misma línea, el investigador de INTA Balcarce acentuó que tener una maquinaria adecuada para hacer la siembra favorecerá el trabajo, y por ende, la implantación de la pastura. “La profundidad a la que se siembra una pastura es un aspecto que el productor debe prestarle mucha atención, además se debe proveer a la siembra una adecuada cantidad de nutrientes, básicamente fósforo y nitrógeno para que la pastura arranque correctamente y se implante muy favorablemente“, explicó Castaño.
Época de Siembra
En cuanto a la época de siembra debemos considerar que las forrajeras como cualquier vegetal necesitan de temperaturas adecuadas para crecer y acumular biomasa. “El concepto general es que hay que disponer de 60 a 70 días de acumulación de temperaturas favorables, antes que la temperatura media del lugar baje de 10 grados y eso nos permitirá ubicar cuál es el fin de la ventana de siembra», comentó el profesional.
En este sentido apunta que una vez sembrada e implantada la pastura, el primer pastoreo debe hacerse ni bien se pueda. Según Castaño, el primer indicio que tiene el productor es cuando se cierra el entresurco, las plantas crecen y empiezan a taparlo, además debe haber piso firme, el cual se corrobora caminando por el lote. El otro punto a tener en cuenta es que el animal al tomar la planta no la arranque. “Ese primer pastoreo liviano o de formación permitirá que la luz llegue a la base de la pastura y salgan nuevos macollos. Cuantos más macollos haya y más suelo cubierto, más producción de pasto y menos malezas tendremos», indicó Castaño.
Además se favorecerá la formación de un tapiz tipo césped que facilita el pastoreo.
Como última recomendación, Castaño comentó que “es muy importante que el productor se asesore, ya sea contactando a su profesional de confianza, o acercándose a las Experimentales o a las Agencias de Extensión del INTA para así aplicar los paquetes tecnológicos disponibles».