Del 2 al 8 de abril, el INTA de Argentina será el anfitrión del IX Congreso Internacional de Pastizales Naturales, del que participarán unos 700 científicos.
Si no fuera por los pastizales, la Argentina no podría tener la ganadería que tiene: los procesos de servicio, gestación, parición y cría del ternero ocurren en esos ambientes. En esa gran superficie que sostiene los volúmenes productivos, el ciclo de transformaciones químicas iniciado con la energía lumínica, luego consumida y degradada en el rumen, termina convirtiéndose en carne. “Ese es el punto inicial de una cadena que termina en el mostrador del consumidor argentino o del mundo, que genera, en términos gruesos, alrededor de 10.000 millones de dólares y un millón y medio de puestos de trabajo”.
Así lo explicó Guillermo Chiossone, del INTA El Colorado –Formosa–, miembro del comité organizador del IX Congreso Internacional de Pastizales Naturales, organizado de manera conjunta por el INTA y la Asociación Argentina para el Manejo de Pastizales Naturales, que se realizará en Rosario –Santa Fe– del 2 al 8 de abril.
Con el lema “Pastizales diversos en un mundo cambiante”, el encuentro representa una oportunidad incomparable para la comunidad científica, que reunirá a unos 700 especialistas de todo el mundo, entre quienes se contarán el 70% de los 160 profesionales del instituto que abordan la temática. De hecho, un tercio de los trabajos presentados (200 sobre unos 600 papers en total) corresponden a profesionales del organismo. “Todas las estaciones experimentales agropecuarias han presentado trabajos, lo cual significa una vidriera importante”, señaló Chiossone, ya que “los pastizales o los ambientes naturales sirven para preservar nuestra calidad de vida”.
¿Qué es un pastizal? “Lo podríamos definir como una porción de superficie donde predominan especies herbáceas, muchas de ellas apetecidas por el ganado, consideradas espontáneas, naturales del lugar, no hay especies introducidas”, comentó el técnico.
La importancia de los pastizales naturales está dada en aspectos ambientales, pero también sociales y económicos. En los últimos 15 años, además, se agregó el plus del turismo aventura, ecológico, avistaje de fauna y flora, que crece cada vez con mayor intensidad.
En este contexto, el congreso no descuidará los factores que conducen a la degradación y el impacto ecológico negativo de estos ambientes, cuya principal causa está relacionada con el sobrepastoreo, es decir, el exceso de carga animal en función de la disponibilidad de pasto. “Además de incidir sobre la cantidad, lo hace sobre la calidad”, añadió Chiossone, “porque el ganado elige sitios y especies: las más apetecibles, desaparecen y dejan un nicho abierto para que aparezca una maleza”.
Por otra parte, el especialista del INTA explicó que el instituto se abocó al estudio de los pastizales naturales desde sus inicios. Con siete jornadas regionales y cinco congresos nacionales en su haber –que incluyen al primero y al segundo de todo el Mercosur–, la Argentina está más que preparada para hospedar un encuentro de esta envergadura: desde hace más de tres décadas, el Congreso Internacional de Pastizales Naturales se realiza cada cuatro años alrededor del mundo. “Por todo lo que significan los pastizales para nuestro país”, consideró Chiossone, “teníamos que ser sede, pero en especial porque tenemos material de investigación y trabajos científicos lo suficientemente sustanciosos para ser exhibidos”.
El programa tiene básicamente cuatro tópicos: Ecología de pastizales; Sistemas de producción; Extensión y educación en pastizales; y Pueblos originarios, depositarios de todo un conocimiento ancestral en la materia. Con más de 60 conferencistas extranjeros, las actividades temáticas se desarrollarán mediante conferencias plenarias, simultáneas y la presentación de pósters, además de tours previstos para conocer ejemplos regionales de diversidad ambiental. Asimismo, los dos primeros días se llevarán a cabo talleres brindados por entidades internacionales como USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) e INRA (Instituto Científico de Investigación Agronómica de Francia), entre otras.
Fuente: INTA