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Parámetros para evaluar la ciclicidad en Vacas

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El intervalo entre partos (IEP), es uno de los parámetros productivos más comúnmente utilizados como indicador de la eficiencia productiva de una explotación y se define como el número medio de días que transcurren entre un parto y el siguiente. Está directamente relacionado con el número de partos por hembra y año

Intervalo parto-celo (IPC)

Se ha conocido también con el nombre primer celo posparto, días primer celo posparto, intervalo parto primer estro. Se ha considerado como el indicador del reinicio de la actividad ovárica posparto, sin embargo, en muchas ocasiones el primer celo no es detectado lo que altera el valor de este parámetro. Se ha considerado que el valor debe oscilar entre 22 y 45 días posparto en explotaciones mejoradas y tecnificadas con buena alimentación y puede llegar hasta 150 días en explotaciones extensivas y tradicionales sin manejo técnico.

Se obtiene utilizando la siguiente formula:

Intervalo parto-primer servicio (IP1S) o parto-primera inseminación

Este indicador pone en evidencia el tiempo trascurrido desde el parto hasta la primera inseminación o cubrición, su cálculo es independiente del resultado de la cubrición o inseminación. Se le considera un magnifico indicador de la eficiencia en la detección del celos, refleja además, la calidad de las acciones desarrolladas en la alimentación del ganado y la eficiencia de los controles o registros reproductivos implantados.

La variable independiente que más afecta a este índice es el periodo de espera voluntario, conocido también como política reproductiva del ganado, la estacionalidad de los partos a causa de los efectos producidos por la época del año son factores que tienen su impacto en el intervalo parto-primer servicio.

Se conoce que este índice tiene valores generalmente muy elevados en explotaciones sin un control estricto de la reproducción, en rebaños donde no hay línea reproductiva definida, incorrecta detección del celo o en presencia de patologías uterinas u ováricas muy marcada, las cuales se asocian al anestro posparto prolongado.

Este índice se calcula teniendo en cuenta la media de días transcurridos desde el parto al primer servicio de todos los animales cubiertos en el último periodo reproductivo.

González sugiere que este indicador debe oscilar entre 45 y 70 días, además presenta una relación entre este valor y los días de espera voluntaria (EV) así:

Si el IP1S = EV + 11 días esto significa un manejo adecuado y no hay mayores problemas reproductivos.
Si el IP1S > EV en 20 días o menos significa que no hay mayores problemas de ciclicidad
Si el IP1S > EV en 30 días o más significa que hay problemas en el reinicio de la ciclicidad y presentación de celos, las vacas deberían haber presentado al menos un celo.

Si el IP1S > EV en 40 días o más existen serios problemas en la observación de celos, (se presenta en hatos tradicionales, vacas amamantando o en hatos con animales de alta producción con problemas de alimentación).
En una publicación interesante de los resultados obtenidos por Collell quien trabajo dos rebaños de vacas holstein altas productoras (producciones promedio cercanas a 1000 kg de leche por lactancia) donde se estableció un periodo de espera voluntario de 30-35 días y simultáneamente se aplicó un programa de estimulación hormonal (prostaglandina y hormona liberadora de gonadotropina).

Se obtuvo como producto final una disminución importante de los intervalo parto- primer servicio en ambos rebaños (50,9 días en la granja A de 95 vacas y 42,8 para la granja B de 329 vacas), esto tiene un efecto favorable sobre el intervalo parto-parto.

Sin embargo, los servicios/concepción se evaluaron a 3,13 para la primera granja y en la segunda llegaron hasta 4,16 lo cual requiere de un análisis más integral u holístico, para arribar a conclusiones más cabales.

En Zamorano, Honduras, se han realizado investigaciones sobre este parámetro, obteniéndose diferentes valores como lo demuestran Iglesias en ganado Holstein con 84 días, Tavares con 64 días, Macías con 65,3 1, 64,8 4,5 y 60,6 4,8 días para la razas Holstein, Pardo Suizo y Jersey, respectivamente de igual manera Chávez en otro estudio evaluando 5 años de comportamiento de estas tres razas, obtuvo valores 77+- 64, 90+- 52, 93+- 69 días para la razas Jersey, Pardo Suizo y holstein, respectivamente. Por su parte Andrango y Almeida en la costa Norte de Honduras en un hato Pardo Suizo, obtuvieron 75 días en promedio.

En ciencia constituida que las inseminaciones efectuadas en el posparto precoz, disminuyen la fertilidad de las hembras; desde hace varios años en Cuba se estudió el efecto de la inseminación precoz sobra la fertilidad de la vaca mestiza Holstein-Cebú y se observó que la tasa de concepción fluctuó entre 42 y 50%. Sin embargo, cuando las inseminaciones se efectuaron después de los 60 días posparto, la fertilidad se incrementó en 20%.

Asimismo en otro estudio relacionado con los aspectos inmunológicos sobre la reproducción se recomienda desde el punto de vista práctico y económico, es decir, con la finalidad de obtener una fertilidad optima, las inseminaciones deben hacerse iniciarse a partir de los 60 días posparto.

Recientemente se efectuó una observación en dos rebaños de la raza Siboney (5/8 Holstein * 3/8 Cebú), donde se valoró el efecto del periodo parto-primer servicio sobre la repetición de celo, encontrándose que las inseminaciones efectuadas entre los 60 y 90 días posparto tuvieron un comportamiento mejor en cuanto a la repetición del celo, es decir, el síndrome se presentó menos en estas hembras (p<0.001) que en aquellas donde la inseminación se practicó antes de los 60 días o posteriores a los 90 días posparto.

De modo reiterado se plantea que la mayoría de las vacas deben gestarse entre los 60-90 días posparto para garantizar un periodo de reposo y recuperación de la hembra. En este sentido la condición corporal con la que llegan al parto, la cantidad de reservas que tenga al finalizar la gestación y el retorno a un balance energético positivo con factores determinantes para garantizar una buena eficiencia reproductiva de la hembra, pues en ocasiones se reporta baja eficiencia después de los 90 días posparto, pero no se han analizado estos factores adecuadamente.

De lo analizado hasta aquí se infiere que no se debe establecer normas rígidas para este indicador, pues el mismo está asociado o influenciado por numerosos factores que deben incluirse en el análisis y valoración del intervalo óptimo para efectuar el primer servicio después del parto en cada rebaño; este se debe fundamentar sobre as características biológicas propias de cada rebaño y las condiciones concretas de la explotación.

En resumen los periodos de espera voluntarios inferiores a los 60 días deben ser valorados a partir de la fertilidad histórica de la cada rebaño, pues de lo contrario se corre el riesgo de incrementar el índice de eliminación de hembras de la reproducción a causa del síndrome de repetición de celos, u otros trastornos reproductivos.

Finalmente, el intervalo parto-primer servicio puede ser utilizado con la finalidad de evaluar la eficacia en la detección del celo, toda vez que en la medida en que este índice este más próximo a los días establecidos para el periodo de espera voluntario, mejor será la eficacia en la detección del celo, lo ideal sería que el intervalo parto-servicio fuera superior al periodo de espera voluntario solamente en 11 días.

Ejemplo: espera voluntaria + 11 días = intervalo óptimo.

60 días + 11 días = 71 días, lo cual pudiera ser un índice óptimo para cualquier explotación que tenga fertilidad aceptable o buena.

Ciclididad posparto (CPP)

Este parámetro se puede calcular a los 60, 90 o 120 días; permite determinar la tasa de animales cíclicos en un determinado intervalo después del parto. Se desea una elevada CPP para lograr una concepción temprana, indicando igualmente, una buena detección de celos, buen manejo de registros y ausencia de anestro; los valores bajos afectan el intervalo posparto.

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