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Ojos Blancos por Septicemia Neonatal en Terneros

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Estudio de casos de septicemia neonatal en una ganadería lechera de cría en la Cuenca del Salado (provincia de Buenos Aires, Argentina).

Septicemia es un término que hace referencia a una enfermedad sistémica y en cierta medida a la persistencia de microorganismos patógenos o sus toxinas en la sangre. Esta condición es tradicionalmente descrita como una enfermedad que afecta a terneros menores a dos semanas de edad.

“Las fallas en la transferencia pasiva, las pobres condiciones sanitarias del corral de parto el anegamiento y el inadecuado cuidado del cordón umbilical, así como también terneros procedentes de vaquillonas, vacas con mastitis o distócicas”, son citadas como “factores predisponentes”, siendo la Escherichia coli el microorganismo frecuentemente aislado.

Esta afección presenta signos clínicos generalmente variados e inespecíficos y puede ocasionar la muerte del animal. Dado que el diagnóstico es a menudo hecho por la historia clínica y el examen físico, siendo el hemocultivo la prueba confirmatoria, profesionales de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA realizaron un trabajo en el que describen dos casos de colosetpicemia en terneros de campo de cría.

Según comentan los técnicos “el problema tuvo inicio durante la temporada de parición del 2014, en un rodeo de cría bovina ubicado en el partido de Rauch, provincia de Buenos Aires”. En dicha oportunidad se informa al veterinario a cargo, que dos terneros menores a 5 días de edad, presentaron súbitamente los “ojos blancos”. A su vez se mostraban depresivos y apáticos.

Al llegar al establecimiento “se recogieron datos y se hizo una recorrida por el potrero que había presentado el problema con el fin de realizar un diagnóstico”.

Uno de los animales afectados (una ternera Aberdeen Angus colorada de 4 días de edad) había muerto, por lo que “se practicó la necropsia correspondiente y se tomaron muestras para cultivo bacteriológico de líquido articular, bazo, hígado, humor acuoso y líquido cefalorraquídeo”. “Todas las muestras fueron procesadas por separado”, al tiempo que “se examinó el otro animal afectado, tomando del mismo una muestra de sangre para la realización de un hemograma y cultivo bacteriológico”. Tras el resultado del cultivo bacteriológico se realizó un antibiograma.

El lote afectado estaba integrado por 143 vaquillonas Aberdeen Angus con servicio a los 15 meses de edad, de las cuales 43 ya habían parido. Las mismas se encontraban sobre un rastrojo de maíz cuya gran parte de la superficie se encontraba anegada y según señalan los técnicos “ambos terneros que presentaron el problema habían nacido tras ser asistidos durante el parto”.

Con la necropsia se comprobó “un aumento del tamaño de las articulaciones tibio-metatarsiano, radio-metacarpiana y coxo- femoral, con abundante cantidad de líquido sinovial serosanguinolento y exudado fibrinopurulento en el interior”. En la cámara anterior de ambos ojos “se observó una secreción con pus”. Todas las muestras resultaron positivas al crecimiento de Escherichia coli.

El segundo animal examinado era una hembra Aberdeen Angus de 3 días de edad. En ambos ojos “se observaba la presencia de un contenido viscoso y blanquecino a nivel posterior de la córnea”, y a su vez “los vasos epiesclerales se encontraban congestivos”.

De acuerdo a lo que explican los referentes a cargo del estudio “el leucograma reveló una leucocitosis con mono y linfocitosis”. Mientras que el cultivo de la sangre resultó ser positivo al crecimiento de Escherichia coli.

Con los resultados de laboratorio y las observaciones a campo los técnicos definieron al diagnóstico como “colisepticemia” y según indican “las condiciones medioambientales, la categoría animal implicada sumado a la dificultad de parto que obligó a que ambos sean asistidos, condicionó la transferencia inmune pasiva de los terneros poniendo en riesgo los mecanismos de defensa, quedando expuestos a la acción patógena de microorganismo medioambientales”.

Los signos clínicos, los hallazgos macroscópicos, los resultados de laboratorio y el aislamiento de Escherichia coli en ambos animales sugieren la presencia de un caso de colisepticemia.

Los técnicos del INTA destacaron la colaboración por parte del MV Raúl Romero y los técnicos responsables del Instituto Central de Análisis Clínico de Rauch.

Mayor Información

  • EEA Cuenca del Salado INTA Rauch
  • Tel. (02297) 440525
  • Referente: Alejandro Rodriguez
  • E-mail: alejandro.rodriguez@inta.gob.ar

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    Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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    Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

    En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

    Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

    Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

    En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

    Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

    Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

    El Estudio

    En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

    Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

    Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

    Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

    También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

    Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

    También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

    Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

    El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

    También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

    “Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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