Se evaluaron en Córdoba los efectos de fecha de siembra, densidad y genotipos sobre la determinación del rendimiento en granos, calidad de planta entera y ventana óptima del momento de picado.
“La elección de la fecha de siembra es uno de los factores que mayor incidencia tiene en el rinde logrado. Sin embargo, es frecuente que la información esté dirigida a cultivos para grano y hay que tener cuenta los cultivos que se destinan a silaje”. aseguró Claudio Razquin, Dr. en Ciencias Agropecuarias y docente de la cátedra de Manejo de Cultivos de la Universidad Nacional de Villa María, Córdoba.
En este sentido, con el objetivo de evaluar efectos de fecha de siembra, densidad y genotipos sobre la determinación del rendimiento en granos, calidad de planta entera y ventana óptima del momento de picado, en conjunto con KWS realizaron un ensayo en la Universidad Nacional de Villa María.
En el mismo se utilizó como fecha de siembra temprana el 24 de octubre y como tardía o de segunda el 26 de diciembre, en 3 densidades (50.000, 70.000 y 90.000 plantas/ha) y 7 híbridos cultivados en secano y sin limitantes de nutrientes durante la campaña 2017/18.
“Es importante destacar que la campaña se caracterizó por escasas precipitaciones y altas temperaturas que generaron estrés hídrico y térmico, principalmente, en los híbridos que fueron sembrados en la siembra temprana”, agregó.
Allí, se encontró que el rendimiento en granos fue mayor en la fecha de siembra tardía que la temprana (8.800 vs 7.600 kg/ha) mientras que la productividad estimada en litros de leche por hectárea (l/ha) que podrían producirse en base al silaje de maíz tendió a disminuir con el atraso en la fecha de siembra(19.900 en la siembra temprana vs 18.700 l/ha en la tardía).
Con respecto a la combinación de la densidad y fecha de siembra, el rendimiento en granos fue mayor en la densidad de 70.000 pl/ha para la fecha temprana y en la de 90.000 pl/ha para la tardía, es decir, la respuesta a la densidad fue de tipo óptima en la temprana y positiva en la tardía para la mayoría de los híbridos evaluados.
Claudio Razquin, Dr. en Ciencias Agropecuarias y docente de la cátedra de Manejo de Cultivos de la Universidad Nacional de Villa María, Córdoba.
En cambio, la productividad de leche estimada dependió más de la performance de cada híbrido ante cambios en la fecha de siembra y densidad de plantas.
En este sentido, se pudo determinar que 3 de los 7 híbridos evaluados aumentaron su productividad de leche en siembras tempranas con respecto a las tardías, y solo uno presentó respuesta ante atrasos en la fecha de siembra.
Además, algunos híbridos maximizaron la productividad en densidades de 70.000 pl/ha mientras que otros los hicieron en las 90.000 pl/ha.
“Esto nos indica varias cuestiones, por un lado, al igual que para los híbridos de grano, cuando queremos producir silaje, se debe decidir la densidad en función del híbrido que se utiliza. Por otro lado, el manejo de fecha de siembra y densidad de plantas afecta la productividad de leche dependiendo del híbrido, por lo que, la elección del híbrido es una herramienta de manejo importante para incrementar la productividad de leche o carne”, sostuvo.
Según el experto, esto es así ya que cada híbrido presenta una estrategia distinta para maximizar la productividad de leche, es decir, aquellos que maximizan la productividad de leche en densidades de 90.000 pl/ha como el KM 3800, lo hacen a través de una mayor producción de biomasa por hectárea, mientras que lo opuesto sucede para genotipos que presentan una respuesta de tipo óptima a cambios en la densidad, como el híbrido KM 4360.
La elección del híbrido define la ventana óptima de picado
El investigador también resaltó que «la ventana óptima de picado (que transcurre entre los 33 y 40 %MS) fue mayor en fechas tardías (12 días) que tempranas (7 días) y 2 de los 4 híbridos analizados presentaron una mayor ventana de picado a través de fechas de siembra».
Según Razquin, estas diferencias se debieron a variaciones en la velocidad de acumulación de MS en la planta y resultan muy importantes al momento de la confección del silaje.
Otro aspecto importante, continuó el especialista, es conocer el grado de “Stay Green” o senescencia foliar de los híbridos, ya que aquellos que poseen una mayor duración del área foliar verde en la planta, presentan una mayor productividad de leche y una ventana de picado más amplia.
“Sea cual sea la fecha de siembra elegida, es importante ajustar el manejo de la densidad de plantas y elección del híbrido para lograr los mejores resultados”, concluyó el investigador.