Los seres humanos han consumido leche de otras especies desde la Edad del Bronce, según la evidencia directamente conservada en placas dentales mineralizadas en restos humanos de Europa y Asia Occidental.
Esta es la conclusión de un estudio dirigido por la profesora de Antropología de la Universidad de Oklahoma Christina Warinner quien considera que «este estudio de largo alcance tiene implicaciones para la comprensión de la relación entre dieta humana y la evolución».
«Los productos lácteos son una muy reciente –postneolítica– innovación en la dieta, ya que la mayoría de la población mundial es incapaz de digerir la lactosa», explica Warinner, que dirigió a un grupo de investigadores de las universidades de York y Copenhague, y la Universidad College de Londres.
La comprensión de cómo, dónde y cuándo los humanos empezaron a consumir productos lácteos es un vínculo necesario entre los humanos y su ganado. La nueva investigación proporciona evidencia directa de que la proteína de la leche de las tres principales razas lecheras – vacas, ovejas y cabras – ha sido consumida por las poblaciones humanas durante al menos 5.000 años. Esto corrobora la evidencia previa de grasas de leche halladas en cerámica y utensilios de cocina en las comunidades agrícolas tempranas.
«El descubrimiento de proteínas de la leche en el cálculo dental humano permitirá a los científicos unir las pruebas y comparar los rasgos genéticos y comporamientos culturales de los individuos específicos que vivieron hace miles de años», dijo Warinner.