La leche caprina tiene un valor nutricional importante. Es considerada un alimento funcional natural, porque nos aporta beneficios para la salud y, además, reduce el riesgo de enfermedades.
Esta leche tiene un valor nutricional importante. Es considerada un alimento funcional natural, porque nos aporta beneficios para la salud y, además, reduce el riesgo de enfermedades.
Es un alimento poco común en los hogares y sólo se conoce o se utiliza si los bebés o niños presentan algún tipo de alergia, ya que contiene niveles muy bajos de lactosa, el azúcar propio de la leche de vaca (ver infografía).
Asimismo, es más fácil de digerir y poco alergénica, debido a que posee escasa cantidad de caseína y, por lo tanto, también es adecuada para quienes son alérgicos a esta proteína. La leche caprina es un lácteo compuesto fundamentalmente por agua (88 por ciento).
Tiene un bajo aporte calórico (65 calorías/100ml) debido a su baja cantidad de hidratos de carbono y grasas. Contiene proteínas de muy buena calidad y altamente biodisponibles.
En cuanto a vitaminas y minerales, se destaca en calcio (120 miligramos), fósforo y vitamina D, sustancias esenciales para la formación de huesos, que ayudan a combatir enfermedades como la osteoporosis.
También posee un gran aporte de vitamina B2 o riboflavina y de vitamina A en su forma activa. Su sabor es más fuerte y es más blanca que la leche de vaca, debido a la ausencia de caroteno, un pigmento vegetal que les da un color anaranjado o amarillento a algunos alimentos. Con esta leche es posible elaborar quesos con alto valor nutritivo y sabores “gourmet”.
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