Las vacas alimentadas con linaza –semilla de la planta ‘linum usitatissimum’– producen productos lácteos más nutritivos, enriquecidos con ácidos grasos omega-3 y menos grasa saturada, según un estudio realizado por el investigador Gerd Bobe de la Universidad Estatal de Oregón (Estados Unidos) y publicado en ‘Journal of Dairy Science’.
En general, dietas altas en grasas saturadas pueden aumentar el colesterol y las enfermedades del corazón, mientras que aquellas ricas en ácidos grasos omega-3 y otros ácidos grasos poliinsaturados podrían reducir el riesgo de enfermedades del corazón.
Las vacas suelen ser alimentadas con mezclas de piensos de maíz, granos, heno de alfalfa y ensilaje de hierba, lo que se traduce en productos lácteos con bajas concentraciones de ácidos grasos omega-3 y otras grasas poliinsaturadas, señala Bobe.
Para la investigación, se alimentaron a diez vacas con diferentes cantidades de linaza –hasta un siete por ciento de su dieta diaria–. Los investigadores trataron de determinar con precisión la cantidad de linaza que maximizaría la cantidad de ácidos grasos omega-3 en la leche y los productos lácteos sin afectar negativamente su producción y textura.
El estudio encontró que la alimentación de las vacas mejoró el perfil de grasa sin afectar negativamente a la producción y la textura de la leche y otros productos lácteos.
Pese a que los costos suelen ser más altos, Bobe confía en que la linaza pueda ser utilizada como suplemento alimenticio. «Muchos consumidores ya muestran una disposición a pagar más por alimentos con valor agregado, como la leche enriquecida con omega-3 «, ha apostillado.