El aporte de la mujer rural resulta decisivo en los propósitos de recuperar la producción de leche y de carne, contribuir a la sustitución de importaciones y garantizar la soberanía y seguridad alimentaria en beneficio del pueblo y de la economía del país
Bien al sur del municipio de Florida (Camaguay – Cuba), hace ocho años Mirale Betancourt Quesada dirige la cooperativa de créditos y servicios Romárico Cordero, entidad que desde el último trienio integra el selecto grupo que en Cuba comercializa en cada campaña más de un millón de litros de leche de vaca.
Cuenta, por tanto, con suficiente prestigio y aval para exponer sus experiencias a otras mujeres, que al igual que ella se desempeñan en el sector ganadero como dirigentes, funcionarias o trabajadoras directas a la producción.
En su cooperativa, de los 298 asociados, 90 son mujeres y asumen casi todas las actividades: la atención de las fincas, las labores de ordeño y la cría de chivos y carneros. Entre ellas destaca Gelania Cabrera, considerada una de las mejores apicultoras del país.
Las participantes en el evento de género, organizado en esta provincia por el Grupo Empresarial Ganadero (Gegan), coincidieron en que ese protagonismo se gana con perseverancia, elevada autoestima, ejemplo personal y exigencia para hacer valer su derecho a realizarse en el orden laboral y profesional.
Así lo demuestran a diario quienes ejercen como presidentas de cooperativas, especialistas en los centros de investigación, vaqueras, inseminadoras y obreras en las granjas avícolas, plantas de incubación, unidades porcinas, centros de cría artificial de terneros o en la crianza de ganado menor.
Mayda Álvarez Scoda, de la Cátedra de Género de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, expuso, sin embargo, desigualdades que aún persisten en las unidades productoras y que solo se resuelven sobre la base de la equidad de derechos y oportunidades en el trato de hombres y mujeres.
En ello coincidió Briggitte García Poveda, especialista de Comunicación institucional del Gegan, quien declaró que, no obstante los avances en materia de inclusión y de participación, todavía en algunos lugares se dan casos de discriminación solapada de la mujer, que mutilan sus más genuinas aspiraciones.
«El aporte de la mujer rural resulta decisivo en los propósitos de recuperar la producción de leche y de carne, contribuir a la sustitución de importaciones y garantizar la soberanía y seguridad alimentaria en beneficio del pueblo y de la economía del país», comentó García Poveda.