La Leche de Cabra Produce un Ácido Graso Anticancerígeno

Pedro Sayalero San Miguel, licenciado en Veterinaria, en Ciencias Biológicas y experto en nutrición animal, ofrece en la facultad de Veterinaria de la ULPGC (Islas Canarias, España) dos conferencias dentro de las II Jornadas Formativas de la Compañía Canaria de Piensos, Capisa, centradas en la alimentación de la cabra de la tierra, una «joya» con una ‘mecánica’ muy particular. 

– Como la cabra canaria no hay nada parecido, se dice.

– Sí. Su gran diferencia es sanitaria, al vivir en un lugar libre de enfermedades como las fiebres de malta o brucelosis y porque está sometida a unas condiciones extremas de alimentación a forraje. Las cabras de otros puntos lo soportarían difícilmente y aquí pueden jugar con la adaptación de los siglos.

– ¿Esto repercute en la calidad de los quesos?

– Tiene una repercusión si además el manejo de esa alimentación se hace bien.

– Se le ha visto comer papeles. ¿Qué lleva, una trituradora?

– [Ríe] Que conste que no le conviene, pero la verdad es que su sistema digestivo no se parece a nada. Tiene el estómago dividido en cuatro partes. Las tres primeras tienen unas funciones capaces de aprovechar la fibra de una manera que no podríamos nosotros. En realidad se trata de un gran ecosistema que se desarrolla dentro de la propia cabra, con unas condiciones de osmolaridad, Ph, acidez y carga acuosa que permiten a muchísimos protozoos, bacterias y hongos transformar los alimentos fibrosos. Y según estemos alimentando en las mejores condiciones ese ecosistema de mejor manera podrá aprovechar los nutrientes para producir más leche.

– Usted, que es de fuera, podrá decir mejor si la cabra canaria es conocida en el resto del mundo o eso es lo que creemos nosotros.

– Sí que es conocida en el resto del mundo…, pero solo para los estudiosos. Y le puedo afirmar que es de lo mejor que existe en el mundo con diferencia. Ahora en la Península hay otras razas que se están poniendo de moda, sobre todo en el norte, como el chamen, la togenbur, la nubia y otras, que efectivamente producen mucha leche, pero de poca calidad en grasa y proteína que es lo que requiere el queso. La canaria, al contrario produce mucha leche si se alimenta bien y con mucha grasa y proteína.

– Caramba con el animalito.

– Exacto. Es una joya, que se pule cuando se aplican las cuatro patas básicas de la mesa que conforma la producción animal: la sanidad, el manejo de los alimentos, y la genética. Y aquí partimos de una genética extraordinaria, pero si falla lo demás la mesa no se asienta.

– Explicado así parece que le queda un gran recorrido a la especie.

– Yo le veo futuro a la cabra. Ahora mismo entre los médicos y los pediatras se están dando cuenta que su leche es más digestiva para los niños, por su lactosa, que origina menos casos de intolerancia, y su globular graso es de menor tamaño que el de la vaca. Espero que a medida que esto se vaya conociendo por parte de la comunidad médica se vaya aplicando a casos de ancianos, convalecientes o a niños con problemas de intolerancia a la lactosa.

– Pero no se encuentra en una botella de leche de cabra.

– Ya existen supermercados que la comercializan en bricks, entre otras cosas porque se sabe que produce un ácido graso -que producen los rumiantes- el ácido linoleico conjugado, que tiene un efecto anticancerígeno que es bastante potente. Esta conclusión es reciente y también puede dar una ventaja a su leche frente a otros alimentos.

– No me diga que también podríamos ponerla en una farmacia.

– Le voy a decir una cosa muy significativa. La cabra es un animal en el que difícilmente se detecta un caso de cáncer en ella, si bien hay que tener en cuenta que se ha estudiado menos, pero es muy posible que tenga algo que ver con su secuencia de ácidos grasos. De momento es un interrogante que abre nuevas posibilidades.

Fuente: Agencias