Para Ignacio Iriarte, analista de mercado y carnes del país gaucho, «el retorno a la actividad parece muy difícil en los productores chicos o en aquellos que perdieron una parte sustancial de sus rodeos».
«No olvidemos que hay muchas zonas donde el productor ha perdido entre un 20 y un 50 por ciento de sus vacas; ese ganadero es muy difícil que vuelva porque tiene que hacer un esfuerzo enorme», sostuvo Iriarte.
En cambio, el protagonista principal es aquel que salvó una proporción importante de sus vacas por tener espaldas financieras o por estar en zonas donde la seca no pegó tan fuerte.
Respecto de la evolución del stock, opina que este año en el segundo semestre va a haber un aumento. «Pero vamos a tardar entre siete y diez años en tener el stock que teníamos hace cuatro: Esto es como decir que dentro de diez años vamos a estar catorce atrasados».
Además señaló que como la «población humana sigue creciendo, la impresión que tenemos es que la relación entre población humana y stock ganadero se ha perdido casi irremediablemente».
«Hace veinticinco o treinta años había dos vacunos largos por habitante; hoy esa relación se va acercando peligrosamente al uno a uno», sostuvo. Consideró que se exporta mucho menos porque Argentina ya no es competitiva a nivel internacional. «Nosotros estamos fuera del mundo porque nuestras cotizaciones internas no pueden acompañar a los precios internacionales», analizó.
El especialista sostiene que «el frigorífico exportador que se salva es aquel que logra vender la mayor parte de las reses en el mercado interno; nuestros valores en dólares son altísimos, los más altos de la historia, y eso explica porqué varios frigoríficos exportadores no están peor».
«Bueno, es porque le venden a un mercado de menor exigencia, de menores gastos, sin frío, sin fletes, sin mano de obra y sin el 15 por ciento de retenciones que significa exportar».
Si bien el panorama del mercado internacional es muy favorable, el problema grave es que no hay oferta en Argentina. «El productor tiene que tomar conciencia de que el daño causado es tan grande que nos va a acompañar durante mucho tiempo», indicó.
De cualquier manera «nosotros hemos sacado un seguro por escasez que nos costó doce millones de cabezas», dijo. «Es muy difícil que el gobierno pueda intervenir: está resignado a que estos son los valores en un mercado que está tan atomizado que es casi imposible manipularlo», manifestó.
Fuente: Terra