Una investigación realizada en la Maestría en Salud Animal de la Universidad Nacional de Colombia (UN) documentó por primera vez en el país el genotipo 2 del virus de la diarrea viral bovina (DVB), el cual causa enfermedades letales en el ganado, y por lo tanto representa un grave riesgo para la producción de cárnicos y lácteos.
La DVB pertenece a la familia de los Pestivirus,que causa enfermedades virales en vacas, búfalos y otros bovinos. Los científicos han clasificado tres genotipos del virus.
Normalmente los animales contagiados presentan síntomas como sangrado por la nariz, manchas en la piel y congestión en las diferentes mucosas. “En la mayoría de los casos la manifestación de un síndrome hemorrágico en los animales se debe al genotipo 2, que produce diarrea con sangre”, explica Viviana Villamil, magíster en Salud Animal de la UN, quien documentó por primera vez en Colombia la presencia del genotipo 2 de la DVB.
Agrega que otras manifestaciones clínicas de la presencia del virus “pueden ser cuadros reproductivos –como aborto y malformaciones congénitas–, entéricos – relacionados con el aparato digestivo– y respiratorios”.
Un virus que enferma la economía ganadera
La DVB es causada por un virus de tipo ARN que pertenece al género Pestivirus ya la familia Flaviviridae; investigadores estadounidenses lo identificaron por primera vez en 1946, y en Colombia los primeros reportes de la enfermedad datan de 1975, cuando se detectó en un lote de novillas importadas de Holanda.
Hasta antes de los hallazgos de la profesora Villamil solo se sabía de la presencia del genotipo 1 del virus. Ahora queda documentada la presencia del genotipo 2 en tres de los cuatro departamentos en los que se recolectaron las muestras de su investigación.
Aunque no se tienen datos de la existencia en otras zonas, la magíster recomienda monitorear la presencia de los genotipos 2 y 3 del virus de la DVB, pues su expansión podría afectar la población bovina del país, que en 2017 era de 23,5 millones de cabezas, según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).
La presencia del virus puede incidir negativamente en la industria ganadera, que genera 810.000 empleos directos. Por eso las fincas se deben informar sobre reportes del virus en la región, para determinar el protocolo de vacunación a implementar, sobre todo en los departamentos con mayor hato bovino en Colombia: Antioquia, Córdoba, Casanare, Meta, Caquetá, Santander, Cesar, Magdalena y Cundinamarca.
El estudio de la magíster Villamil analizó población bovina en Antioquia, Valle del Cauca, Santander y Cundinamarca, y solo en este último no se evidenció la presencia del genotipo 2. En la finca de Santander estudiada se encontró el mayor porcentaje de hembras positivas de este genotipo (4,95 %), en contraste con la finca del Valle del Cauca, que presentó la mayor tasa de terneros infectados (7,73 %).
El virus al microscopio
Según su información genética el DVB se clasifica en tres genotipos, y según sus características estructurales en dos biotipos: citopático (CP), que produce daño a nivel celular, y no citopático (NCP).
Si durante el primer tercio de gestación, que va del día 35 al 125, una hembra es infectada con el DVB biotipo NCP, el ternero nacerá “persistentemente infectado”, lo que quiere decir que toda su vida permanecerá infectado.
Esta es la principal fuente de diseminación del virus, entre los dos tipos de transmisión posibles: horizontal, que se realiza solo por contacto directo con animales infectados, y vertical, que ocurre de la hembra preñada al feto.
Los animales infectados presentan retraso en el crecimiento y nacen seronegativos, lo que no permite identificar el virus con métodos tradicionales. Para detectarlo se requiere un diagnóstico molecular como la RT-PCR que se empleó en el estudio.
Por otro lado, si la hembra se infecta con el virus después del día 125 de gestación, puede ocasionar un aborto y malformaciones congénitas en el feto, explica la investigadora.
Así se hizo la investigación
Dirigida por el doctor Jairo Jaime Correa, la tesis de Viviana Villamil forma parte de la línea de virología animal, en el grupo de investigación en Microbiología y Epidemiología Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia.
El estudio se desarrolló en Antioquia, Valle del Cauca, Santander y Cundinamarca, donde se seleccionaron 15 fincas cuyos propietarios accedieron a participar, sin que se hubieran reportado bovinos con el virus.
Para identificar la presencia del genotipo 2 se realizó un muestreo con terneros y hembras preñadas, entre los días 240 y 255 de gestación. Se tomaron muestras a las hembras antes y después del parto.
A 274 terneros se les tomó una muestra de sangre precalostral (antes de la primera toma de leche), y a 145 se les tomó la muestra 25 días después del nacimiento. Además de estas pruebas se tomaron 182 biopsias del cartílago de la oreja de cada ternero, tomadas de esta parte mediante muescas, pues allí es más efectiva la detección del genotipo 2.
En los años noventa un grupo de investigación de la UN orientado por los profesores Víctor Vera y Gloria Ramírez determinó por primera vez la presencia de anticuerpos contra el genotipo 1 del virus en la sangre de algunos bovinos. La investigación de la magíster Villamil es una continuación de esos trabajos. De hecho, según ella el genotipo 3 del virus se ha documentado en literatura, pero no hay un estudio que determine su posible presencia en Colombia. “Este podría ser otro desafío para los futuros investigadores en salud animal”, concluye.