Ganaderos latinoamericanos reducen un tercio los gases efecto invernadero: FAO

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Por medio de prácticas sostenibles, tanto en el manejo de los animales como de las pasturas, los ganaderos latinoamericanos han logrado reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

De acuerdo con lo expuesto por el organismo internacional, por medio de acciones en cuanto al manejo de los animales y de los pastos, así como el trabajo con desechos para recuperar los nutrientes del suelo, los ganaderos vienen logrando dicha reducción.

Walter Lorenz, ganadero de la provincia de Buenos Aires, citado por la FAO en un comunicado, aseguró haber comprendido que «para que la cadena funcione, el suelo tiene que estar sano y bien nutrido».

El productor, quien es médico de profesión pero lleva 15 años involucrado en la ganadería, añadió que «(el suelo) no debemos mirarlo como un sustrato, sino como un organismo vivo. Debemos tratarlo y respetarlo como tal».

Durante este tiempo, ha buscado copiar los movimientos de la propia naturaleza, poniendo el foco en un pastoreo racional que, además, le ha significado un cambio positivo en productividad.

«En términos numéricos, nuestro rendimiento es de 180 kilos por hectárea y sin ningún costo adicional, pero lo más importante para mí es ver a mis vacas gordas, los terneros sanos y a mi pastizal exuberante todo el año, sin ningún tipo de agroquímico», manifestó.

Otro caso, mostrado por la FAO en el comunicado es el de Adela Delgado, ganadera de la región uruguaya de Durazno y quien se dedica a la ganadería hace ya 21 años.

Ella manifestó que «recuperar el suelo es uno de los factores más importantes y evitar el sobrepastoreo que lo degrada. Afortunadamente este proceso nos ha demostrado que es perfectamente factible ser rentable sin causar daño al medioambiente».

Esta ganadería ha logrado el incremento de la productividad y los ingresos a través del perfeccionamiento en la producción de pasto.

«Estas técnicas causan mejoras concretas: hemos evidenciado un mejor índice de preñez, terneros más pesados, vacas más robustas y más kilos de carne por hectárea. Es resultado de la gestión del suelo, sin grandes gastos adicionales que alivian a productores pequeños como nosotros», indicó.

Otros ejemplos mostrados por la FAO son los de Nicolás Errandonea y Karina Lombardo, productores de la región uruguaya de Artigas, quienes han implementado técnicas sostenibles y respetuosas con el uso de los suelos.

Junto a los técnicos de la FAO estatales y de la FAO que les brindan apoyo, han conseguido aumentar la producción de carne vacuna y la reducción de 26 % en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Según el oficial de Ganadería, Sanidad y Biodiversidad Animal de la FAO, Andrés González, «estos casos son un claro ejemplo con el que queremos demostrarle al sector ganadero que, con acciones innovadoras y sostenibles, no sólo contribuimos con el medio ambiente, sino que mejoramos la competitividad, la rentabilidad y otorgamos mayor seguridad alimentaria».

Para el organismo de Naciones Unidas, es posible desarrollar una ganadería climáticamente inteligente que apunte a mejorar la producción, los ingresos y, al mismo tiempo, disminuya las emisiones, aumente la resiliencia frente a eventos climáticos extremos y restaure los servicios ecosistémicos del campo natural.

De acuerdo con lo expuesto por González, «teniendo en cuenta que se prevé que América Latina sea la próxima productora global de alimentos, es imperativo extender prácticas que contribuyan a una ganadería sostenible en toda la región. Para ello, ya estamos implementando acciones con cerca de 30 proyectos a nivel continental y con resultados muy satisfactorios».

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