Técnicos del Centro de Selección y Mejora Genética de Ovino y Caprino de Castilla y León de España (Ovigen) se han desplazado recientemente a Kenia para enseñar a «sanitarios» de la diócesis de Lodwar las técnicas de inseminación de razas caprinas autóctonas, con el fin de conseguir su mejora genética.
Esta visita de especialistas se enmarca dentro de un proyecto impulsado en Kenia por la ONG «Instituto Hermanos del Sagrado Corazón» y en el que, de forma altruista, colaboran el centro de selección y mejora genética de ovino y caprino de Granja Florencia, gestionado por Ovigen, y la Junta de Castilla y León.
El director de este centro, Carlos Garrido, explicó que técnicos de Ovigen se desplazaron a Kenia para inseminar con dosis de semen de cabra de la raza murciano-granadina ejemplares de las razas caprinas autóctonas del país africano. Durante su estancia en la diócesis de Lodwar, los técnicos de Ovigen mostraron a los sanitarios locales que, según Garrido, «realizan labores de medicina, enfermería y veterinaria», las técnicas utilizadas para la inseminación artificial con el objetivo de mejorar el ganado caprino en una región de Kenia muy pobre y cuyo principal modo de subsistencia es el pastoreo de cabras.
Una vez finalizada esta visita, en la que los «sanitarios» aprendieron a aplicar estas técnicas de inseminación artificial, Ovigen ha continuado colaborando con este proyecto y ha enviado a Kenia150 dosis de semen congelado de raza murciano-granadina para que «ellos las apliquen y continúen con la mejora genética en ese país». Desplazar a técnicos en inseminación artificial hasta Kenia, según explicó el director del centro, supone un elevado coste para Ovigen, a lo que hay que sumar que los especialistas asumen un alto riesgo por motivos de seguridad, sobre todo por «las guerras entre tribus» que además «complican bastante los movimientos».
A esta complicada situación hay que sumar que la diócesis de Lodwar se localiza en una zona «muy mal comunicada» y que si llueve en esta región los técnicos quedarían «encerrados» porque las deficientes comunicaciones les impedirían acceder al aeropuerto de Nairobi, situado a más de 500 kilómetros. A pesar de las dificultades, Ovigen sigue colaborando con este proyecto solidario y no es la primera vez que remite dosis de semen congelado de machos selectos de cabra de la raza murciano-granadina a Kenia.
Aunque Ovigen ha facilitado sin coste estas dosis a ganaderos keniatas para mejorar sus razas caprinas autóctonas, Garrido reconoció que «ampliar» las exportaciones de dosis a distintos países se ha convertido en un medio imprescindible para que esta entidad pueda seguir trabajando en la mejora genética de la cabaña ovina y caprina, tras los «fuertes» recortes en concepto de subvenciones aplicados por la consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León.
Ovigen lleva más de una diez años trabajando en mejorar la genética de «nuestros pequeños rumiantes» y, en la actualidad, está recogiendo los frutos de ese intenso esfuerzo. Así, como apuntó Garrido, «cada vez disponemos de más machos» de los que se extrae el semen en el centro de selección y mejora genética de ovino y caprino de Castilla y León. Además, destacó que los profesionales que apuestan por la inseminación artificial han podido comprobar como «se mejora considerablemente la genética de su ganado» y que, en época de crisis económica como la actual, la utilización de estas técnicas es «fundamental» para hacer frente al incremento del coste de las materias primas.
Sin duda, el centro gestionado por Ovigen es uno de los más preparados en técnicas de inseminación de ovino y caprino a nivel nacional y, al margen de colaborar con los ganaderos keniatas, también participa en otros proyectos de inseminación de razas caprinas en otros países. De hecho, Ovigen tiene previsto incrementar las exportaciones de dosis de semen que, en la actualidad, ya realiza a distintos países como Grecia, México, Perú, Francia, Portugal, Túnez, Croacia, Brasil o Costa Rica.