Los exportadores de ganado del país oceánico se están volviendo más flexibles ante las demandas de los importadores de Indonesia, su mayor comprador de bovinos en pie, que han buscado otros mercados por el incremento de precios que está viviendo el sector ganadero australiano.
La dinámica en el comercio de ganado vivo de Australia está cambiando según lo indicó la industria cárnica durante un seminario realizado en Beef Australia 2021, uno de los eventos de ganadería más importantes que tiene lugar cada tres años en Rockhampton (Queensland).
El conversatorio, reseñado en un artículo de Queensland Country Life, giró en torno a las perspectivas del negocio exportador debido a la escasez de ganado.
Por ejemplo, Tony Gooden, de la empresa de exportación Frontier, explicó que la propuesta de valor para el mayor comprador de ganado vivo de su país, Indonesia, estaba en la ceba del ganado basada en un bajo costo de mano de obra y de insumos.
De acuerdo con el empresario, esa ventaja se perdió el año pasado cuando el mercado de ganado se disparó. En consecuencia, los importadores indonesios han cambiado sus exigencias para conservar sus ganancias, lo que significa que estos cambios se van a mantener.
Reveló que Frontier reunió tres embarques de ganado con un peso promedio de 430 kg, por encima del promedio tradicional de 320 kg. Han enviado animales con 300 kg o por encima de 430 kg, aunque la regulación de Indonesia pone el límite en 450 kg.
«Las vacas ahora forman parte del precio de compra. (…) Algo que ocurre cada 15 años es que los ganaderos de la parte más norte de Nueva Gales del Sur empiezan a ir más hacia el norte para comprar Bos indicus”, sostuvo el industrial de Frontier
Agregó que cuando haya más ganado dentro de unos años, los compradores dejarán de comprar vacas, pero mientras tanto lo seguirán haciendo.
Elefantes rosados
El empresario continuó diciendo que diferentes clientes tienen diferentes demandas, pero invariablemente los importadores quieren un animal que se desempeñara bien en un corral de engorde con el máximo aumento de peso y se mantuviera saludable.
Indicó que los clientes buscan “la mayor cantidad de carne que puedan obtener, por lo que el ganado con una piel gruesa o huesos grandes no lo va a cortar”. En este sentido, la elección no depende de la raza: «No juzgamos las razas, solo obtenemos lo que el cliente quiere».
Por su parte, Ashley James, director general de North Australian Cattle Company, estuvo de acuerdo, hablando de otro país: “En Vietnam, en el sur quieren Bos indicus de alto valor todo el año, pero en el norte, de diciembre a febrero, podemos llevar animales cruzados”.
Volviendo sobre la cuestión de la raza, Gooden sentenció con una frase muy diciente: “Venderemos elefantes rosados si eso es lo que quiere el cliente”.
Bajas ganancias
El artículo de Queensland Country Life sostiene que los exportadores de ganado vivo operan en un mundo de grandes cantidades pero con márgenes reducidos, por lo que dependen en gran medida de que los proveedores cumplan con los contratos y entreguen a tiempo.
“Nos cuesta 1 centavo por kilo cada día adicional que el ganado está en cuarentena, por lo que la entrega a tiempo es fundamental. Los productores a veces no pueden evitar entregar temprano y, por supuesto, es mejor tenerlos temprano a no tenerlos en el barco”, dijo Gooden.
A su vez, los barcos, según el tamaño, cuestan alrededor de 20 000 dólares al día, se utilicen o no. Entre tanto, James señaló que el bienestar animal es la mayor parte del negocio de su compañía, pues destinan 60 % del personal a cumplir con los lineamientos del BA.