A principios de este mes, México impuso aranceles de 25% a algunos productos de queso de Estados Unidos.
El enfrentamiento comercial del presidente Donald Trump con México podría acarrear más problemas para la ya deprimida industria lechera estadounidense.
A principios de este mes, México impuso aranceles de 25% a algunos productos de queso de Estados Unidos. Las tarifas formaban parte de un paquete de multas en represalia por los aranceles de Trump al acero y aluminio mexicanos.
La medida podría derivar en una reducción de los envíos y lastrar los precios de los procesadores, según un informe de Rabobank. Los productores lecheros estadounidenses dependen de que México compre más de la cuarta parte de sus exportaciones de queso.
«Si estos aranceles se mantienen durante más de seis meses, los productores de queso tendrán que trabajar mucho para encontrar nuevos mercados, y los productores de lácteos podrían ver una ligera caída de los precios de la leche», dijo Tom Bailey, analista de lácteos de Rabobank en el informe.
«A más largo plazo, las posibles implicaciones para los exportadores estadounidenses de productos lácteos pueden ser perjudiciales», agregó.
La fricción con México llega justo cuando Trump vuelve a decir que las políticas lecheras proteccionistas de Canadá son injustas para los agricultores estadounidenses, incluso cuando la industria estadounidense tiene un superávit comercial con su vecino del norte.
Entre tanto, la disminución en el consumo de leche significa que los productores de todo Estados Unidos lidian con un exceso de oferta.
Ésta no es la primera vez que México aplica aranceles al queso estadounidense, pero el efecto de los aranceles temporales en el 2010 fue limitado, dijo Rabobank. Ahora, México y la Unión Europea tienen un acuerdo comercial firmado, el peso es más débil frente al dólar y la relación entre los dos vecinos norteamericanos «no es tan cordial», dijo Bailey.
«Se podría ver a Estados Unidos como un socio comercial menos fiable en el futuro», dijo Bailey. «No es ideal dada la presencia cada vez mayor de Estados Unidos como un actor importante en el mercado mundial de exportación de productos lácteos, y la inestimable cualidad de ser un socio fiable».