Planificar la alimentación del ganado vacuno, ovino o porcino es esencial para lograr una crianza exitosa y rentable.
En el ejercicio de la crianza de ganado, un aspecto fundamental es la planificación de su alimentación. En función de los objetivos nutricionales, de crecimiento, producción y rentabilidad que el ganadero tenga en mente, deberá preparar la ración correcta y balanceada para que sus animales se desarrollen según las expectativas deseadas.
Alex Llanos, director de Desarrollo Agrario del programa AgroRural, explica que las raciones apropiadas y la composición de la alimentación pueden variar en función de la época del año, del alimento que esté disponible dependiendo de la temporada, y de la categoría y el sexo de los animales que se tengan en el hato.
A continuación, algunas claves que el emprendedor agropecuario debe considerar para alimentar a tres tipos de ganado: vacuno, ovino y porcino.
1. Ganado Vacuno
Si hablamos de vacunos también llamados bovinos, podría asumirse que todas las especies comen pastos naturales existentes y/o cultivados porque son herbívoras. Aunque ello no deja de ser cierto, los alimentos más comunes para este tipo de ganado pueden agruparse en dos grandes clases: forrajes y concentrados.
De acuerdo con el libro Guía de la cría de ganado vacuno (2010), de Heather Smith Thomas, el forraje está constituido por tallos, hojas y flores de las plantas de especies forrajeras como la cebada, avena, vicia vellosa, alfalfa, trébol, festuca, pasto ovillo, ray grass, entre otras.
Según la publicación, los animales pueden ser alimentados con forrajes en estados verde, heno y ensilaje. Si las plantas forrajeras han llegado a su madurez, el contenido de fibra aumenta; sin embargo, su valor nutritivo disminuye. Por eso, sugiere cosechar granos como la cebada, avena, etc.
En cuanto a los concentrados, el citado libro asegura que estos son granos y frutos de origen vegetal con muy poca fibra (solo en la cáscara), formados en gran parte por sustancias nutritivas altamente digestibles como en el maíz, cebada, arveja, habas, arroz, trigo, sorgo, soya, pepa de algodón, entre otras.
2. Ganado Ovino
En el caso del ganado ovino, la alimentación de las ovejas debe contener los nutrientes adecuados para conservar su salud y para la optimización de su producción. Así lo establece el estudio titulado “Crianza de ovinos”, publicado por el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) y AgroRural.
En ese sentido, el documento señala que la dieta diaria deberá tener una base de forrajes heno de buena calidad como principal componente y, adicionalmente, deberá suplementarse con concentrados como una mezcla de cereales y ensilajes de maíz.
Si hablamos de proporciones, el referido estudio plantea que, por ejemplo, un ovino adulto requiere forraje fresco (en verde) equivalente al 15% de su peso vivo. En otras palabras, un animal de 100 kg necesitará 15 kg de forraje por día. “Y si los animales se crían en establos, se debe incluir una cantidad extra de 1.5 kg adicional para compensar la porción de forraje que el ovino rechazaría en el campo”, se lee.
En lo que concierne a las clases de elementos alimenticios que requieren los ovinos, estas se clasifican en proteínas energéticas, minerales y vitaminas. En este punto destacan los pastos verdes, henos de leguminosas (alfalfa, trébol), granos de cebada y trigo, y avena como alimentos eficientes para producir energía, especialmente para ovejas que están en la etapa final de la preñez, durante la lactancia y en período de crecimiento y terminación.
3. Ganado Porcino
“En la crianza de cerdos, la alimentación abarca entre un 80% a un 85% de los costos totales de producción”, refiere Alex Llanos, funcionario del programa estatal AgroRural. Por ello, resulta fundamental que el porcicultor desarrolle un programa de alimentación que permita que sus cerdos alcancen el peso ideal en el menor tiempo posible y de la forma más eficiente.
Al respecto, el manual “Guía técnica para la alimentación de cerdos”, elaborado por el consultor en nutrición animal Carlos Campabadal, refiere que las fuentes de energía más utilizadas para la alimentación porcina son el maíz, las grasas y/o aceites y los subproductos agroindustriales.
Asimismo, añade que la harina de soya es la única fuente disponible de proteína sin problemas para emplearse en la alimentación de los cerdos. Plantea, además, que la productividad y rentabilidad de una granja porcina dependerá de una serie de factores nutricionales, de manejo y reproductivos que deberán manejarse como un conjunto para lograr una crianza exitosa, sostenible y rentable.