Especialistas del INTA de Argentina realizaron ensayos comparativos de rendimiento en diversas variedades de avena y raigrás anual disponibles en el mercado.
El grupo de Producción Vegetal del INTA Mercedes (Corrientes–Argentina) presentó los resultados de ensayos comparativos de rendimiento en raigrás anual (Lolium multiflorum) y avena (Avena sativa, A. bizantina y A. strigosa), lo cual permite evaluar la adaptación ambiental y producción de materia seca de las diferentes especies y cultivares forrajeros.
De los 21 cultivares comerciales de raigrás anual que fueron evaluados, Bisonte fue el que obtuvo mejor rendimiento acumulado, con 3.607 kilogramos de materia seca por hectárea (kg MS/ha) y 0,25 de incidencia de roya –en una escala de 0 a 4– al tercer corte. Otros cultivares –LE 284, Ribeye, Baqueano, Sancho y Yapa– superaron los 3.500 kg MS/ha y la producción promedio de los 21 materiales evaluados fue de 3.365 kg MS/ha. No obstante, al primer y segundo corte, la producción de materia seca fue baja si se consideran la buena implantación y las condiciones hídricas, que fueron favorables.
En cuanto a la avena, el ensayo incluyó siete cultivares comerciales y 14 experimentales, que arrojaron una producción promedio de 4.503 kg MS/ha. Además, todos los cultivares superaron los 2.800 kg MS/ha, lo cual demuestra el potencial de la especie para aportar forraje de calidad en la entrada del invierno. Violeta, Bonaerense Calen, Graciela y Bonaerense Canai fueron los materiales comerciales que registraron rindes por encima de los 4.500 kg MS/ha.
Con respecto a los materiales experimentales, algunos demostraron ser muy productivos y tener baja incidencia de roya, como Bv.45-93 –de reciente aparición en el mercado– y la nueva variedad comercial Carlota INTA, con muy buena producción de forraje y la menor incidencia de roya registrada, luego de Bonaerense Canai.
La Evaluación en Detalle
Con respecto al sitio experimental, los ensayos se realizaron en un suelo molisol de textura franco arcillosa, pH 5,1 y 3,4% de materia orgánica y 3 ppm de fósforo, ubicado en la estación experimental agropecuaria del INTA en Mercedes. Las condiciones meteorológicas se caracterizaron por precipitaciones abundantes durante los primeros meses de 2010 y luego, durante el otoño e invierno, hubo períodos variables de lluvias. Octubre y noviembre fueron particularmente secos. En cuanto a temperaturas, el primer semestre fue más bien caluroso y recién hubo heladas en julio y agosto.
Los cultivares de ambas especies fueron evaluados en bloques completos aleatorizados –con cuatro y tres repeticiones en raigrás y avena, respectivamente– y parcelas de 1,4 por 4 metros. El lote fue preparado con barbecho químico a mediados de febrero, sobre un suelo laboreado en años anteriores. Se utilizó una sembradora experimental a razón de 20-25 kilogramos de semilla por hectárea para el raigrás y 60-100 kg/semilla/ha para avena, con una fertilización de base de 90 kg de fosfato diamónico por hectárea y 30 kg de cloruro de potasio en la línea de siembra. Luego se fertilizó al voleo con 50 kg urea por hectárea, al macollaje y luego del primer corte.
En ambos cultivos la implantación fue buena gracias al nivel de humedad inicial. En el caso del raigrás, si bien algunos materiales registraron una presencia significativa de roya de la hoja –como Eclipse y Bartubo–, esa enfermedad tuvo baja incidencia a lo largo del ciclo.
En cambio, las temperaturas relativamente elevadas del otoño promovieron la aparición de roya de la hoja en algunos cultivares de avena, lo que se extendió a la totalidad de los materiales a partir de julio. En los cultivares comerciales, la incidencia de roya fue entre baja y moderada y sólo en un caso superó los 1,5 puntos en la escala de 0 a 4. Las líneas experimentales tuvieron, en general, una incidencia superior, con picos de hasta 2,54.
Fuente: INTA