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Colombia Avanza en Certificación Nacional de Buenas Prácticas Ganaderas y Agrícolas

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La Suiza, La Libertad, El Nus, Motilonia y Palmira, son los Centros de Investigación de CORPOICA que a la fecha cuentan con certificaciones en Buenas Prácticas Agrícolas y Ganaderas.

Las certificaciones son promovidas por parte del Instituto Colombiano Agropecuario – ICA y garantizan que los predios certificados llevan a cabo procesos que aseguran la calidad de los productos sin deteriorar la salud humana ni el medio ambiente, así como también velan por la protección de los trabajadores y el buen manejo de los insumos agropecuarios dentro del sistema productivo.

El Centro de Investigación La Suiza ubicado en el municipio de Rionegro – Santander, recibió la certificación en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) el año pasado en el mes de octubre. La entrega la hizo el Gerente Regional del ICA al Director del Centro de Investigación. Bajo esta certificación el Centro lleva a cabo procesos que garantizan la calidad de los alimentos, la eficiencia en la producción, la calidad de vida de los productores y consumidores, y los beneficios para el medio ambiente a mediano y largo plazo. Si bien es un logro, empieza un camino retador para la Corporación por mantener la certificación y facilitar sus espacios como vitrinas tecnológicas para que los productores adopten este tipo de prácticas.

El Centro de Investigación La Libertad ubicado en el departamento del Meta, recibió la certificación en Buenas Prácticas Ganaderas para la producción porcícola el pasado mes de marzo. Además de la certificación se otorgó la autorización sanitaria y de inocuidad como predio productor de animales destinados al sacrificio para el consumo humano, autorización obligatoria para todos los predios destinados a la producción porcina. Gracias a la certificación se incluyó en el Banco de Germoplasma Animal que custodia Corpoica, la raza porcina Casco de Mula. De esta manera La Libertad se convierte en un referente normativo nacional en la producción porcina enfocada a la transferencia de tecnología para el pequeño y mediano productor, además contribuye con la conservación de una raza porcina catalogada como en peligro de extinción según la FAO.

El Centro de Investigación El Nus ubicado al nordeste del departamento de Antioquia, también recibió certificación en Buenas Prácticas Ganaderas como ejemplo de compromiso con la investigación y la vinculación del conocimiento. Este reconocimiento se da tras unas adecuaciones que se realizaron en el Centro de Investigación y donde se gestionan y ponen en marcha programas que van encaminados a mejorar las condiciones de productividad de las explotaciones ganaderas del país.

Así mismo, el Centro de Investigación Motilonia ubicado en el departamento del Cesar y el Centro de Investigación Palmira, ubicado en el departamento del Valle del Cauca, recibieron la certificación como hatos libres de brucelosis y tuberculosis, un componente indispensable y un paso importante en la consecución de la certificación de los Centros de Investigación en Buenas Prácticas Ganaderas.

La brucelosis es una enfermedad de interés económico porque causa pérdidas importantes en los sistemas de producción bovina, afectando el sistema reproductivo del animal, provocando abortos e infertilidad. Por su parte, la tuberculosis afecta principalmente el aparato respiratorio y digestivo y se caracteriza por el desarrollo progresivo de lesiones llamadas granulomas o tubérculos. Estas enfermedades son zoonóticas y se pueden transmitir a los humanos a través de los fluidos de los animales y del consumo de sus derivados.

Las certificaciones son un incentivo para que los productores adopten este tipo de prácticas en sus actividades agropecuarias, generan beneficios económicos; por ejemplo, en el caso de la producción ganadera; solo los hatos certificados pueden solicitar guías de movilización animal sin tener que realizar tuberculinización a los animales a transportar; se recibe una bonificación de tipo económico en la ganadería enfocada a la producción láctea; se disminuyen los gastos en medicamentos por tratamientos de enfermedades reproductivas. En cuanto a los sistemas agrícolas; las certificaciones representan un valor agregado para la producción destinada al consumo nacional e internacional, garantiza la calidad del producto y que dicho resultado se obtuvo de procesos sostenibles con el medio ambiente y los seres humanos, de forma adicional es un requisito para los productores que quieren exportar materia prima a mercados internacionales.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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