La ganadería ecológica en Irlanda está regulada por una serie de estándares que exigen el más alto nivel de respeto al medioambiente.
Dicha ganadería usa métodos sostenibles de producción alimenticia, utilizando la tierra de forma respetuosa y preocupándose por el bienestar animal.
El sabor, la terneza y la sostenibilidad: son tres características esenciales para una carne de calidad diferenciada y son precisamente los tres principales pilares que distinguen a la carne ecológica irlandesa.
Esta calidad única de la carne 100% orgánica irlandesa es el resultado de la atención por el bienestar animal; el ganado pasta libremente, en una de las tierras dedicada a pastos más grande de Europa siguiendo unos exigentes estándares de seguridad alimenticia y trazabilidad, con una dieta basada en pastos y el engorde en dichos pastos durante 10 meses al año. Todo esto contribuye a que esta carne posea unos valores nutricionales excelentes. Además, la carne ecológica posee una alta cantidad de Omega3 y una baja cantidad
de grasas saturadas.
Por todo ello, la carne de vacuno irlandés es bien conocida por su distintivo sabor, su intenso color y una perfecta distribución de la grasa que hace de esta carne especialmente tierna y sabrosa.
A día de hoy, en Irlanda, hay 27.000 cabezas de vacuno ecológico y alrededor de 1.200 granjas.
Pero la producción de carne ecológica en Irlanda no sólo se limita al vacuno: de hecho, en la “Isla Esmeralda” hay unas 70.000 cabezas de cordero ecológico en un total de 307 rebaños. Su dieta está compuesta de pastos de hierba y brezo y esto hace que su carne sea apreciada por su sabor, su ternura y suculencia.