Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), en Argentina, realiza pruebas de laboratorio para determinar alternativas terapéuticas nuevas o complementarias para combatir la mastitis bovina y así disminuir el uso de antibióticos sintéticos.
Uno de ellos es el de la ingeniera Agrónoma Lucía Tisera quien busca generar tratamientos alternativos para la mastitis bovina utilizando azúcares que están presentes en los crustáceos.
Según Tisera, citada en una nota del portal todolecheria.com.ar, el propósito es generar un tratamiento a base de biomoléculas orgánicas, abundantes en la naturaleza, y que permitiría potenciar las propiedades de los antibióticos que se utilizan para tratar la mastitis bovina.
“Lo que proponemos es a base de derivados naturales generar un pomo de secado que se suministra por el pezón de la vaca y es capaz de protegerla de las bacterias que generan la mastitis. Es un tratamiento preventivo, que potenciaría las propiedades antibióticas, mejorando la inmunidad de los animales y reduciendo las pérdidas económicas que trae aparejada la enfermedad”, explicó la profesional.
Agregó que “actualmente el problema al que se enfrenta el sistema de salud es la creciente resistencia que desarrollan las bacterias frente a los antibióticos frecuentemente utilizados. Por eso es importante pensar en una alternativa que mejore estos tratamientos, buscando impedir el avance de este tipo de patologías”.
La base de esta alternativa medicinal radica en la posibilidad de utilizar azúcares grandes (polisacáridos), que son extraídos de moluscos y de otros derivados de la industria pesquera, para ser agregados en la formulación de compuestos para la prevención y el tratamiento de la mastitis bovina.
“Este avance tendría impacto en el control de un problema gravísimo que afecta a los tambos y genera considerables pérdidas económicas”, aseguró la ingeniera quien añadió que se trata de un tratamiento que mejoraría las condiciones de la producción lechera y que sería mucho más amigable con el medio ambiente.
La mastitis bovina es una patología recurrente en el sector y afecta directamente a la ubre de la vaca lechera. Esta afección es causada, entre otros agentes, por un grupo de bacterias denominadas Staphylococcus.
De acuerdo con lo expuesto por Tisera los tratamientos actuales no son totalmente efectivos en el control de las infecciones que sufre el animal, e imposibilita que la leche que produce pueda ser comercializada, ya que queda contaminada con restos de los antibióticos suministrados durante su infección, trayendo consecuencias económicas a corto y largo plazo.
Los costos asociados con la muerte y la pérdida de productividad podrían ascender a 100 mil millones de dólares a nivel mundial, según un informe del gobierno del Reino Unido.
Se estima que en el mundo hay 275 millones de vacas lecheras. Una encuesta de la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU (FDA) halló que el 95 por ciento de las vacas lecheras son tratadas con antibióticos al menos una vez al año.