Algunos fármacos ya existentes tienen usos prometedores en COVID-19, pero los expertos alertan de los riesgos.
Los datos existentes sobre la utilización de fármacos como la cloroquina y la hidroxicloroquina frente al coronavirus son prometedores, pero aún deben ser confirmados, y en caso de su futura aprobación se usarían para el tratamiento del coronavirus en un ámbito intrahospitalario y en pacientes con determinadas características, ya que podrían dar lugar a alteraciones cardiacas, problemas hematológicos e hipoglicemia, entre otros.
Así lo asegura el profesor Giovanny Garavito Cárdenas, doctor en Farmacología y docente de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien además señala que su utilización no sería para todos los pacientes, sino para aquellos que ya hayan evolucionado a cierto nivel de gravedad de la enfermedad.
Según la Asociación Colombiana de Farmacología, la idea de implementar estas terapias en el manejo de la actual pandemia se basa en resultados positivos en análisis in vitro, y fundamentalmente en un ensayo clínico realizado por investigadores en Francia. Sin embargo dicho ensayo no fue aleatorio y se realizó solo en 36 pacientes.
En el momento hay estudios en curso para lograr su confirmación, incluso algunos que combinan este medicamento con algunos antivirales ya existentes y con antibióticos, debido a que en la etapa final de los pacientes con COVID-19 se da colonización bacteriana.
La cloroquina es un medicamento sintético que se ha utilizado especialmente para el tratamiento de la malaria, una enfermedad causada por parásitos del género plasmodio, considerada intertropical y que afecta generalmente a las personas de las zonas tropicales del planeta.
Este medicamento también se ha usado en algunos casos específicos como inmunorregulador, pero son estudios recientes que todavía están por mostrar y confirmar.
Riesgos de la automedicación
Desde el área de la salud, los profesionales están preocupados por la forma ligera e inconsciente en que se ha difundido información respecto al uso de estos fármacos, pues la cloroquina y la hidroxicloroquina presentan reacciones colaterales ya conocidas, dada su trayectoria en el tratamiento contra la malaria.
La Asociación Colombiana de Farmacología asegura que dentro de los principales efectos colaterales causados por estos medicamentos se destacan alteraciones cardíacas (bloqueo AV, de rama y prolongación del intervalo QT), efectos extrapiramidales, trastornos hematológicos (están contraindicadas en agranulocitosis y pacientes con déficit de G6PD), alteraciones neuromusculares, hipoglicemia, alteraciones de campos visuales/retinopatías e hipersensibilidad, entre otras.
La Asociación también resalta la importancia de que los pacientes no se automediquen, pues el uso de cualquiera de estos medicamentos solo se debe hacer tras la prescripción de un médico con experiencia en el manejo de este tipo de antimicrobianos y en un ambiente hospitalario.
En ese sentido, el doctor Garavito manifiesta que las informaciones imprudentes que han circulado pueden llevar a que se dé una compra masiva de estos medicamentos por parte de los particulares, agotando las reservas existentes, lo que afectaría su utilización frente a la malaria, que no deja de ser un problema relevante para la salud pública del país.