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Estudio Afirma que el Ganado no Requiere Descanso en Trayectos Largos por Tierra

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Investigadores en Canadá encontraron que los bovinos pueden aguantar durante varias horas cuando son transportados por carretera, siempre y cuando hayan recibido un preacondicionamiento de 45 días con buena alimentación y suficiente descanso.

Esto a raíz de los cambios anunciados por la Agencia Canadiense de Inspección de Alimentos (CFIA) en 2019, que ahora exigen una parada de ocho horas después de 36 horas de recorrido, cuando antes eran cinco horas luego de un viaje de 48.

La Estación de Investigación Lethbridge (Agriculture Canada’s Lethbridge Research Station) realizó un estudio importante para determinar si las paradas de alimento, agua y descanso brindan beneficios medibles al ganado de engorde durante mucho tiempo.

Los primeros resultados publicados en enero de 2020 revelaron que las paradas de descanso no beneficiaban claramente al ganado preacondicionado.

En el segundo estudio, dividieron 320 terneros novillos comerciales de 245 kg. La mitad de ellos fueron destetados, vacunados, tratados con antibióticos y antiparasitarios y se adaptaron a una dieta de base tres semanas antes del experimento.

Este se denomina “programa de preacondicionamiento”, que consiste en un período de tiempo, normalmente de 45 días, en el que un productor de vacas y terneros trabajará para mejorar el estado de salud del ternero destetado antes de la venta.

Los otros no fueron destetados hasta que comenzó la investigación. Estos grupos se dividieron luego en dos subgrupos de 80 terneros. Un subgrupo fue a la subasta, en la noche recibió alimento y agua y corrió por la tarima al día siguiente.

El subgrupo «proveniente directo de la finca» no lo hizo. Luego, los camioneros transportaron a todos los terneros durante 36 horas y los descargaron. En este punto, la mitad de los becerros se recargaron y se transportaron durante otras cuatro horas.

La otra mitad descansó durante ocho horas, luego se recargó (recibió agua y alimento) y fue transportado las últimas cuatro horas al corral de engorde de investigación.

Se evaluaron pesos individuales, temperatura, muestras de sangre y comportamiento antes de la carga inicial, cuando se descargaron a las 36 horas, al final del período de descanso, después de la descarga final, y 1, 2, 3, 5, 14 y 28 días después de finalizado el transporte.

Con las muestras de sangre se buscaron signos fisiológicos de estrés, daño muscular y fatiga, deshidratación, inflamación, trauma, infección y capacidad de respuesta inmunitaria. Se hizo un seguimiento a la salud y el rendimiento de los animales durante cuatro semanas.

Obtuvieron numerosos resultados porque las medidas fueron exhaustivas, y la respuesta de un grupo de terneros al transporte o una parada de descanso dependía de si habían sido preacondicionados o no, así como de si habían venido de la finca o de una subasta.

Entre aquellos procedentes de uno u otro sitio, no tuvieron afectaciones en su fisiología, el comportamiento, la ingesta de alimento, el crecimiento o la salud de los animales de manera significativa.

A diferencia de la mayoría de los terneros que llegan a los corrales de engorde, los terneros de este estudio no se mezclaron con terneros de otros ranchos en la subasta o durante el transporte. La subasta también proporcionaba alimento y agua, aunque no siempre es el caso.

A su vez, los terneros preacondicionados estaban más activos, pasaban más tiempo alimentándose y tenían mejores medidas fisiológicas como menor estrés o mayor función inmunológica, comían más y crecían mejor que terneros no acondicionados.

En definitiva, las paradas de descanso no proporcionaron beneficios claros. Por ejemplo, después de la descarga final en el corral de investigación, los terneros que tenían una parada de descanso estaban menos alerta y más lentos que los terneros no descansados.

Los terneros sin descanso también pasaron más tiempo de pie el día que llegaron al corral de engorde de investigación. Los autores del estudio se preguntaron si la parada de descanso fue realmente relajante o los hizo sentir más inquietos.

Para cualquier otra medición, los efectos de la parada de descanso dependían principalmente de si los terneros habían sido preacondicionados o no. Por ejemplo, el estado energético de todos los grupos de terneros fue el mismo después de las primeras 36 horas de transporte.

Pero al final de la parada de descanso, los terneros que no tuvieron un preacondicionamiento tenían un estado energético significativamente más bajo que los otros.

En síntesis, las paradas de descanso no proporcionaron ninguna ventaja discernible y generalizada para todos los grupos de terneros y podrían plantear desafíos adicionales para los terneros no acondicionados previamente.

Actualmente, el equipo está estudiando si un descanso de ocho horas después de 36 horas beneficia a los terneros que viajan otras 12 horas hasta su destino final. Pero sin duda, el preacondicionamiento ayudó a los terneros a viajar mejor.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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