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Medición de grados brix como herramienta para conocer el potencial nutricional en forrajes

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La escasez de pasturas a causa de la estacionalidad climática en la mayoría de los sistemas ganaderos del trópico, conlleva a un desbalance de nutrientes en la dieta de rumiantes; debido a que, en varias épocas del año no se cuenta con forraje en cantidad y de calidad para llenar los requerimientos nutricionales de los animales.

En Colombia, la mayoría de los sistemas ganaderos del trópico de altura se basan en especies gramíneas como el pasto kikuyo (Cenchrus clandestinus Hochst.ex Chiov. Morrone); el kikuyo constituye la base de alimentación del ganado, por lo tanto, en procura de obtener mayores rendimientos, se utilizan niveles excesivos de fertilización con productos nitrogenados.

El Cenchrus clandestinus es una gramínea de mecanismo fotosintético C4, se caracteriza por contener altos niveles de Fibra Detergente Neutro (FDN), y de proteína cruda (PC), moderado contenido de materia seca (MS), y bajas concentraciones de azúcares (Carbohidratos solubles), estas características hacen que esta gramínea no tenga el potencial suficiente para cubrir todos los requerimientos nutricionales de los bovinos en este tipo de sistemas.

Debido a la naturaleza digestiva de los rumiantes, es preciso en todo momento mantener unas condiciones ruminales adecuadas, que permitan el crecimiento de gran cantidad de poblaciones de microorganismos, que contribuyan a una óptima fermentación del alimento. Es precisamente el desbalance entre energía/proteína a nivel ruminal, el problema más frecuente en sistemas lecheros del Trópico Alto; este desbalance causa trastornos en la eficiencia productiva y reproductiva de los animales, así también como la contribución a la contaminación ambiental por concepto del incremento de compuestos nitrogenados y óxido nitroso (N2O) presentes en las excretas.

Juan Leonardo Cardona Iglesias, zootecnista, investigador de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria, AGROSAVIA, en el Centro de Investigación Obonuco (Pasto, Nariño) afirma que “…muchos ganaderos, por tratar de compensar el desbalance nutricional en las dietas, recurren al suministro de altas cantidades de concentrados para compensar ese déficit energético, pero lo que hacen es incrementar los costos de producción, y la posibilidad de ocurrencia de trastornos metabólicos como la acidosis…”, según Cardona, otros productores simplemente no hacen nada por equilibrar la dieta de su ganado, lo que se traduce en baja productividad y rentabilidad del negocio durante todo el tiempo.

Debido a esta problemática recurrente, sobre todo en las ganaderías de Trópico Alto, es que se deben buscar nuevas alternativas de suplementación basadas en recursos forrajeros de las zonas, con el fin de incrementar la cantidad de biomasa y la calidad nutricional de las dietas, sobre todo para vacas lecheras. En este orden de ideas, según Juan Leonardo Cardona “…en el Centro de Investigación Obonuco, se vienen desarrollando algunas investigaciones con el fin de estimar los grados brix (concentración de sólidos solubles), en tres especies arbustivas forrajeras que son el botón de oro (Tithonia diversifolia), el sauco (Sambucus nigra) y la colla negra (Smallanthus pyramidalis), en tres diferentes épocas de corte, esto con el fin de determinar a qué edad se encuentra la mayor cantidad de grados brix en estas especies, y con esto, poder hacer recomendaciones técnicas a los productores sobre  las mejores edades de cosecha y uso en alimentación bovina…”

De acuerdo con Cardona, la medición de grados brix (GB) es una herramienta que se puede emplear como indicador del valor nutricional en forrajes, ya que está relacionado con el potencial energético del alimento. Sin embargo, la medición de GB es poco usada aun en el sector ganadero, su mayor uso se reporta en el sector de vinos y frutas.

Los GB miden la cantidad de sólidos solubles presentes en la sabia de un forraje, y se expresan en porcentaje de sacarosa. Los GB estas compuestos sobre todo por azúcares, pero también incorporan algunos ácidos, sales, y demás compuestos solubles en agua presentes en los jugos de las células. Los GB se pueden determinar en campo mediante el uso de un refractómetro calibrado, equipo que se puede conseguir fácilmente en el mercado a precios asequibles, para su medición se requiere seguir un protocolo sencillo, y tener en cuenta que la hora del día, y condiciones climatológicas, pueden alterar los resultados, ya que estos valores están relacionados con la tasa fotosintética de la planta.

De manera general según nos cuenta Cardona, se ha encontrado que estas especies forrajeras perennes, contienen mucha más cantidad de grados brix (azúcares), que pasturas tradicionales de Trópico Alto; por ejemplo, para el pasto kikuyo a la edad de 45 días se han encontrado valores de GB promedio de 3 %, y para algunos reygrases mejorados (Lolium perenne) valores de 6 % a los 35 días de edad. Mientras que para las especies forrajeras Sauco, Botón de oro y Colla, a la edad de 45 días se han encontrado valores de 15 %, 9 % y 8 % respectivamente; en estas investigaciones, las forrajeras han presentado un aumento sostenido de GB desde los 45 hasta los 65 días de edad, después de los 65 días esta concentración empieza a decrecer paulatinamente.

Al correlacionar la concentración de GB con otros indicadores de calidad nutricional como por ejemplo la Energía Neta de Lactancia (ENL/Mcal/kgMS) (energía disponible para la producción de leche), el Sauco, Botón de oro y Colla tienen valores entre 1.5 y 1.8, mientras que para el kikuyo 1.2 y para los ryegrases (Lolium perenne) 1.4 Mcal/kgMS de ENL, respectivamente. Para Juan Leonardo Cardona; es en estos momentos cuando se hace necesario incrementar de una manera sostenible la producción de leche, y sus derivados, para una población que necesita nutrirse de manera óptima; estos resultados parciales encontrados podrían ser un indicio del potencial a nivel energético que pueden ofrecer las forrajeras leñosas al ser introducidas en sistemas de alimentación bovina en el Trópico Alto colombiano.

Para el investigador Cardona, la medición de GB es una herramienta muy importante, (aunque poco aprovechada) para seguir caracterizando y evaluando recursos forrajeros provenientes de sistemas ganaderos en Colombia, con el fin de incorporar especies promisorias y con potencial nutricional, en la alimentación de bovinos. En el Centro de Investigación Obonuco las pesquisas, y transferencia de tecnología con productores y estudiantes, en esta temática se vienen desarrollando en el marco del proyecto: -Mejoramiento de la oferta forrajera, optimización de sistemas de alimentación y aseguramiento de la calidad e inocuidad de leche en el Trópico Alto del departamento de Nariño-, financiado por el Sistema General de Regalías (SGR).

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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