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Fósforo y Sodio: Aumentando el Porcentaje de Preñez en las Vacas con Cría al Pie y el Peso al Destete

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La incorporación de fósforo y sodio es una práctica que favorece el aumento del porcentaje de preñez en vacas con cría al pie y el peso al destete de los terneros. 

Ensayos realizados en el INTA Mercedes (Argentina), demostraron que mezclas minerales con un contenido mínimo de 9% de fósforo permite corregir la deficiencia de ese elemento en vacas de cría y terneros.

Sebastián López Valiente, del grupo de producción animal del INTA Mercedes –Corrientes– indicó que: “Las vacas que consumieron suplemento mineral al 9% se encontraban en mejor condición corporal y atenuaron su pérdida de peso durante el servicio, en comparación con las que consumieron una mezcla del 6%”.

Por otro lado, los registros indican que los terneros de esas madres fueron 700 gramos más pesados al nacer y registraron 5,1 kilogramos demás al momento del destete, producto de una mayor ganancia de peso al pie de la madre y probablemente debido a una mayor producción de leche.

La suplementación con mezclas minerales de fósforo (P) y sodio (Na) es una herramienta que ayuda a evitar la pérdida de peso del vientre durante el servicio y la lactancia, disminuir a la mitad la cantidad de tratamientos de la lactancia y aumentar el peso al destete de los terneros y el porcentaje de preñez en vacas con cría al pie.

López Valiente destacó la importancia de esta práctica en la zona Sur de Corrientes debido a que “el contenido de fósforo de los pastizales naturales no alcanza a cubrir las necesidades de la vaca de cría. Esta deficiencia que poseen las plantas, una vez consumida se traslada a los animales”.

Los recursos forrajeros en el NEA –pastizal y pasturas subtropicales– son para producción estacional de forraje –primavera-verano-otoño–, con crecimiento escaso a nulo durante el invierno. La escasa cantidad de fósforo presente en los pastizales no cubre los requerimientos de una vaca en determinados períodos, situación que se agrava en momentos como la lactancia, donde el vientre debe volver a ciclar –entrar en celo– y preñarse nuevamente.

El consumo de fósforo al 9% hizo que las vacas requieran la mitad del tratamiento habitual de la lactancia –destete temporario y precoz–. Al finalizar el servicio, la totalidad de estos vientres estaban ciclando, lo que representa una efectividad del 100%, en comparación con el 89% alcanzado con la dosis tradicional del 6%.

“La mayor ciclicidad –indicó el especialista– se refleja en un 97,2% de preñez final. La diferencia que se logra en el estado fisiológico se debe a la menor pérdida de peso y a los mayores niveles de fósforo en sangre”.

Aunque la suplementación mineral del 9% de fósforo tiene un costo más elevado que la mezcla con el 6%, el técnico del INTA Mercedes explicó que “los beneficios trasladados al mayor peso ganado por los terneros, incluido el aumento en el porcentaje de preñez y el menor costo por tratamientos de la lactancia justifican el aumento de la dosis”.

Fuente: INTA

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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