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Fuera del Establo: Las Vacas Lecheras en los Pastizales Benefician al Medio Ambiente

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Estudios de simulación por computadora por científicos del Servicio de Investigación Agrícola de los EE.UU (ARS) indican que una vaca lechera que vive por todo el año fuera del establo podría tener menos impacto en el medio ambiente comparada con las vacas que viven dentro del establo.

Ingeniero agrícola Al Rotz con el ARS fue líder de un grupo que evaluó el impacto en el medio ambiente de diferentes sistemas de manejo en una granja lechera típica de 250 acres en Pensilvania. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés), y esta investigación apoya la prioridad del USDA de promover la agricultural sostenible. Rotz trabaja en la Unidad de Investigación de Sistemas de Pastizales y el Manejo de Cuencas Hidrográficas mantenida por el ARS en University Park, Pensilvania.

En este estudio, Rotz y sus colegas usaron el Modelo del Sistema Integrado de la Granja, el cual es un programa de computadora que simula los principales procesos biológicos y físicos y las interacciones de una granja que produce la carne de res, los cultivos o la leche. Los científicos colectaron una gama de datos de campo sobre sistemas de pastizales, el manejo de estiércol y sus efectos en la pérdida de nutrientes al medio ambiente. Luego usaron su modelo de computadora, conjuntamente con los datos de campo, para evaluar la dinámica ambiental de cuatro diferentes granjas lecheras en todos tipos de tiempo durante un período de 25 años.

El modelo produjo calculaciones sobre las emisiones de amoníaco del estiércol, la tasa de la desnitrificación del suelo, las pérdidas causadas por la lixiviación de nitratos, la erosión del suelo y las pérdidas de fósforo debido al escurrimiento de los campos. Las calculaciones de emisiones del dióxido de carbono, metano, y óxido nitroso de la producción primaria de los productos agrícolas y la producción secundaria de pesticidas, combustibles y electricidad y otros recursos también se consideraron.

Comparado con los sistemas de contención alta, mantener las vacas lecheras en los pastizales por todo el año redujo los niveles de emisiones de amoníaco por aproximadamente el 30 por ciento. Los resultados también indicaron que las emisiones totales del metaño, el óxido nitroso y el dióxido de carbono también se redujeron por el 8 por ciento en un sistema de producción en el aire libre por todo en año comparado con producción en un sistema de contención alta.

Otra ventaja: Cuando se convierte los campos de la producción de cultivos a los pastizales, los niveles de la secuestración del carbono atmosférico aumentaron de cero a 3.400 libras por acre cada año. Los resultados sugieren que una manada lechera bien manejada que vive al aire libre por todo en año produjo una huella de carbono que es el 6 por ciento más pequeño que la de una manada lechera de alta producción que se mantiene dentro del establo.

Los hallazgos de este estudio fueron publicados en la revista ‘Forage and Grazinglands’ (Forraje y Terrenos de Pasto) en el 2009.

Lea más sobre esta investigación en la revista ‘Agricultural Research’ de mayo-junio del 2011.

 

 

Fuente: ARS

 

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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