Aproximadamente el 2% del ganado vacuno son «súper-excretadores» de la bacteria E. coli O157:H7. Si hay solamente uno de estos «súper-excretadores» en un corral de engorde, la bacteria puede extenderse a los cueros de la mayoría de los otros animales en el corral.
Se menciona que en promedio aproximadamente el 2 por ciento del ganado alimentándose en un pastizal, o alimentándose en un pienso que contiene niveles altos de energía, podrían ser «súper-excretadores» de patógenos, por excretar niveles altos de organismos patogénicos como la bacteria E. coli O157:H7 en sus heces, según los resultados de estudios dirigidos por el microbiólogo Terrance M. Arthur del Servicio de Investigación Agrícola de los EE.UU (ARS).
Los «súper-excretadores» son una preocupación porque este fenómeno podría aumentar la cantidad de E. coli O157:H7 que se mueve desde los pastizales o corrales de engorde hasta las plantas empacadoras donde se preparan los bistecs, asados y otros productos de la carne de res. A menudo conocida simplemente como O157, esta bacteria no causa daños al ganado, pero puede causar el vómito, la diarrea, los retortijones de tripas, y otros problemas en los seres humanos.
Los hallazgos por Arthur y sus colegas en el Centro Estadounidense Roman L. Hruska de Investigación de Animales Destinados a la Producción de Carne mantenido por el ARS en Clay Center, Nebraska, podrían proveer nuevos datos útiles para el desarrollo de nuevas estrategias eficaces para reducir la excreción de esta bacteria por los animales. ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA por sus siglas en inglés).
Arthur y sus colegas han diseñado y realizado estudios con 6.000 cabezas de ganado del corral de engorde y más de 13.000 muestras de heces, cueros y reses muertas. El grupo fue el primero en demostrar que, en los «super-excretadores», la colonización con el O157 puede ocurrir no sólo en el tubo digestivo bajo, sino también en todas partes del sistema digestivo. Los gerentes de plantas empacadoras pueden tomar en consideración esta información cuando ellos evalúan los procedimientos de sanidad en sus plantas.
Los investigadores también fueron los primeros en determinar que la excreción excesiva no es limitada a una cepa particular de O157. Este descubrimiento descarta la idea de que las tácticas diseñadas para reducir la excreción excesiva deben ser concentradas en una cepa específica.
Investigaciones por el grupo dirigido por Arthur también indicaron que, cuando se dice que una estrategia ha sido exitosa en reducir la transmisión de O157, no debe ser más del 20 por ciento del ganado que están excretando el microbio en cualquier momento, y ningunos de los animales están excretando el microbio en cantidades excesivas.
Arthur y sus colaboradores—científicos Joseph M. Bosilevac, James L. Bono, Dayna M. Brichta-Harhay, Norasak Kalchayanand, John W. Schmidt, Steven D. Shackelford y Tommy L. Wheeler, todos en el centro en Clay Center—han publicado sus resultados en la revista ‘Applied and Environmental Microbiology’ (Microbiología Aplicada y Ambiental) en los años 2009, 2013 y 2014.
ARS y el programa ‘Beef Checkoff’ patrocinaron esta investigación. Estos estudios apoyan la prioridad del USDA de mejorar la seguridad alimentaria.