Uruguay Apuesta por el Resurgimiento de su Producción de Ovinos

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Hace algunos años Uruguay llegó a tener 26 millones de ovinos. Aunque algunos no lo creerán, ahora la majada charrúa apenas alcanza los 7,4 millones de cabezas. Por ello buscan impulsar esta importante producción que vive tiempos mejores.

Lo mismo ocurriría si se recordara que la industria textil uruguaya llegó a tener una capacidad para procesar 100 millones de kilos de lana y en la última zafra 2014 dispuso de alrededor de 32 millones de kilos. Y tuvo que importar 20 millones de kilos para seguir trabajando.

Una de las razones que se esgrime siempre que se revisa ese proceso de retroceso histórico para el rubro ovino en la década de 1990 es el sobrestock de lana en Australia, que era –y sigue siendo– la referencia de precios. Durante la década perdida, las lanas Corriedale –mayoritarias en la majada nacional– valieron todos los años US$ 1,10 el kilo de vellón, en tanto todos los costos productivos crecían año a año.

Sin embargo, aunque es un negocio como cualquier otro, no toda la culpa habría que echársela al sobrestock, sino desaparecería en este momento la producción de arroz –por el sobrestock tailandés– o la soja luego de dos cosecha récord en EEUU, el principal productor de la oleaginosa.

Hay otras razones para la caída de la producción ovina, que pasan por el abigeato, donde no se logran avances en la represión de un delito bien organizado, y los predadores, donde tampoco se avanzó en su eliminación (o mitigación).

Siendo la oveja un rubro que afinca a la gente en el campo, la migración hacia las ciudades también es un fenómeno a tener en cuenta. Se han perdido muchos pastores.

Pero la vida sigue adelante y hoy se lanza en San Carlos una nueva zafra de esquilas. Renacen las expectativas de los productores y de los industriales. El ovino volverá a demostrar su potencial. Y habrá que apostar a un futuro mejor.

Gira para Criadores de Merino

Hay quienes dicen que los productores que abandonan el rubro ovino ya no retornan a él. Quizá el contexto de la revolución agrícola y las nuevas tecnologías para la producción de carne vacuna les hayan dado la razón durante estos años donde hubo un evidente desplome del stock ovino en Uruguay. Los buenos precios no esquivaron a la carne ovina y a la lana durante estos años, pero los depredadores, el abigeato y los problemas sanitarios que generaron la abundancia de lluvias también impidieron que la caída se revirtiera.

Pero aún en este marco los productores no pierden las esperanzas de sumar más aliados para seguir dando batalla. La Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay (Scmau) tratará de facilitarle los caminos a los productores para que vuelvan al rubro ovino y para que quienes no tienen experiencia productiva con él puedan incorporarlo.

“Intentaremos que el productor vuelva a incorporar el rubro ovino a su sistema. Queremos que haya más productores ovinos, más criadores de Merino Australiano y más socios en la Scmau”, dijo Juan Carlos Tafernaberry, presidente de la gremial de criadores.

Los días miércoles 13 y jueves 14 la Scmau realizó su gira anual visitando establecimientos ubicados en el departamento de Paysandú. La actividad concluyó con la visita a la unidad experimental Glencoe del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), donde se observaron los planteles y reproductores del Consorcio Regional de Innovación de Lanas Ultrafinas del Uruguay (Crilu). Además se observaron unas parideras que permitieron bajar la mortandad de corderos a 7%.

El auge de los otros rubros del agro arrinconó a la producción ovina en los departamentos del norte (Salto, Artigas, Paysandú y Tacuarembó). Tafernaberry desarrolla su actividad entre Paysandú y Tacuarembó, y reconoció que el arrinconamiento del rubro en el norte es una realidad, pero consideró que es donde están los campos para los ovinos y que ese reservorio del rubro tiene que mantenerse allí.

La gira recorrió los establecimientos Capataz Viejo –de Ricardo Rocha–; Cerro del Bombero –de Sucesión María del Carmen de León–; Los Principios –de Arturo Guimaraens–; e INIA Glencoe.

Según Tafernaberry, el balance fue muy positivo por la buena concurrencia de productores, profesionales de diferentes instituciones, proveedores de insumos, industriales, estudiantes y periodistas, que sumaron unas 70 personas en total.

Los participantes de la gira concluyeron que los productores tienen muy bien definidos sus objetivos productivos y que utilizan las herramientas tecnológicas disponibles para alcanzarlos. Durante los últimos 15 años, el principal objetivo de los criadores de Merino Australiano fue el afinamiento de la lana, pero actualmente muchos de ellos ya están conformes con la finura alcanzada y apuntan a otros objetivos productivos, como aumentar el peso de vellón, el peso del cuerpo o mejorar la resistencia a parásitos gastroinstestinales a través del indicador HPG (huevos por gramo de materia fecal).

Durante la gira los productores recibieron un cuestionario que tenía como objetivo conocer sus demandas y que a partir de allí la Scmau pueda trabajar para atenderlas.

“Tendremos que trabajar más con la investigación en difusión y transferencia. Hay un semillero muy importante de estudiantes y trabajando con ellos podremos hacer perdurar al rubro ovino. Nos abocaremos a los trabajos conjuntos con las facultades de Agronomía y Veterinaria. El relacionamiento con instituciones como el Secretariado Uruguayo de la Lana, INIA y la Asociación Rural del Uruguay es prioritario. El Crilu, que es un proyecto público-privado, demuestra lo que se puede lograr trabajando en conjunto”, concluyó Tafernaberry.

Contacto para giras: consultas@tecnogiras.com

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