Cuando hablamos de bovinos criollos nos referimos a los descendientes del ganado que trajeron los conquistadores españoles y que se dispersaron a todas las regiones de América, donde generaron razas locales. El Dr. Jorge de Alba en «El Libro de los Bovinos Criollos» (Colegio de Postgraduados, México, 2011) provee extensa información acerca de las importantes características productivas y reproductivas que poseen estos animales.
De acuerdo con su investigación, en los primeros siglos ese ganado servía para tiro y carga, además de producir durante su vida leche y abono. Al final brindaban cuero, sebo y carne. Algunas poblaciones no tuvieron mucha especialización productiva, sino que se favoreció la sobrevivencia, prolificidad y resistencia a muchas adversidades.
Al llegar otras razas europeas, luego las cebuinas y las estadounidenses, su prestigio de productividad en su ambiente original y, sobre todo, la ventaja sinérgica del mestizaje causaron un gradual remplazo de las poblaciones criollas. Así, muchas se extinguieron o están en riesgo de perderse para siempre.
Después de que fueron desplazados y confinados a regiones inhóspitas y rescatados por criadores conservacionistas, surge la duda del valor del genoma bovino criollo. La respuesta tiene dos partes: sus cualidades superiores actuales y su potencial para mejorar bajo otras condiciones.
En particular, las razas criollas tienen características distintas, únicas o escasas en otros bovinos, de lo que se mencionan algunos ejemplos:
• Resistencia del Blanco orejinegro (en la foto superior). Esta raza de la zona cafetalera de Colombia resiste la larva del tórsalo Dermatobia Hominis, la cual afecta de manera importante a los bovinos, luego de penetrar y crecer bajo su piel, causando un forúnculo purulento muy perjudicial.
• Fertilidad y longevidad del Romosinuano. Esta raza cárnica, también colombiana, puede competir en productividad en engordas, pero con ventaja en su reproducción y longevidad, que son características de alta importancia económica.
• Agilidad y aptitud para terreno montañés del Rarámuri. Esta raza mexicana es apreciada en los rodeos estadounidenses, por lo que sus becerros se exportan a un valor mayor que los de razas especializadas para engorda.
En cuanto a la mejora productiva, para hacerlos competitivos económicamente, los genetistas cuentan ahora con herramientas informáticas, métodos de análisis estadístico y la genética molecular, para acelerar el cambio genético.
Sin embargo, será difícil lograr las poblaciones mínimas de ganado necesarias. Para ello se requiere de una labor que debería ser financiada por la sociedad, pues la preservación y mejora de estas razas representa un beneficio para todos. En México, tenemos hatos de Romosinuano, Criollos lecheros tropicales y la organización Asocriollo promueve a las razas criollas mexicanas. Es importante impulsarlos.
Fuente: Agencias