El ganado que está en esta hacienda ayuda en diversas actividades para la agricultura y productiva. En su cuidado colaboran varias personas.
Los jardines amplios, pasillos antiguos y campos hortícolas son los principales atractivos de la Hacienda Totorillas, situada a 10 minutos de Guamote, en la provincia ecuatoriana de Chimborazo. Allí el agroturismo y la producción artesanal de lácteos generaron fuentes de empleo.
La hacienda fue edificada en 1924 y cuenta con una extensión de 41 hectáreas de bosques, sembríos de cereales y pastizales. La casona tiene dos teatros, 10 dormitorios y un aula de capacitaciones.
La infraestructura fue restaurada y en el 2014 se transformó en un hotel de estilo rústico con capacidad para alojar a 50 personas. Las instalaciones también se ofrecen para talleres y convenciones de instituciones.
Pero la mayoría de visitantes acuden para disfrutar de la tranquilidad del campo. Los habitantes de tres parroquias, quienes laboran ahí, ofrecen cabalgatas por los campos de la hacienda, visitas a los bosques y la experiencia de compartir las actividades diarias de los campesinos, como cosechar sus propias verduras, ordeñar vacas o alimentar a los animales.
Ese es el proyecto turístico insignia del Municipio de Guamote. El objetivo es generar fuentes de empleo y nuevas oportunidades para que la gente de las comunidades pueda emprender negocios.
En la antigüedad, la hacienda era parte de las propiedades de la familia Torres, quienes poseían cuatro haciendas en Guamote. Hoy, son tierras de beneficio comunitario.
La gente no habla de los antiguos propietarios. Un pórtico de piedra tallada, donde se lee “Pastoriza”, es la única insignia que identifica a la familia que entregó las tierras tras el levantamiento indígena de los años 80.
“Los mayores recuerdan poco de los patrones. Ellos trabajaban aquí y eran explotados, pero gracias a la lucha del pueblo hoy estas tierras son nuestras”, cuenta José Naula, administrador de la hacienda.
Es que allí, varias instituciones como el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca de Ecuador, Magap, la organización no gubernamental Heifer, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias, entre otras entidades, también desarrollan investigaciones para las comunidades.
El centro de bioconocimiento, por ejemplo, es un espacio dedicado a la investigación de cultivos andinos y a la recuperación de semillas nativas de papa, quinua, amaranto, cebada, chochos, entre otros productos. “Tenemos parcelas demostrativas para que los agricultores aprendan cómo manejar sus cultivos pero con técnicas andinas”, cuenta Bernardo Guzñay, responsable de ese espacio. En el proyecto participan 220 familias de ocho comunidades.
Los ganaderos productores de leche también se benefician. Allí se instaló un tanque de enfriamiento, donde se acopian cada día 220 litros de leche que se transforman en quesos, yogur y manjar.
Esos productos se venden en los mercados locales y también se utilizan para la alimentación de los huéspedes del hotel. “El mercado de la leche ha caído en los últimos meses. Antes acopiábamos casi 2 000 litros, queremos recuperarnos e incrementar nuestra producción y ganar más espacios en el mercado”, cuenta José Apugllón, responsable de la Unidad de Lácteos.
Entre otros planes, la administración de la hacienda espera rehabilitar los espacios recreativos para ampliar la oferta de servicios para los turistas. También se intensificará la campaña publicitaria para captar la atención de más visitantes locales.
“El Municipio adquirió la hacienda en el 2014, después de llegar a acuerdos con el Magap y firmar un comodato. Esta administración recién empezó a explotarla como atractivo turístico, porque antes estaba abandonada, esperamos potenciarla aún más en poco tiempo”, cuenta Alex Coro, técnico del Cabildo.