Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria

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Las implementaciones locales de sistemas sostenibles de producción agropecuaria cobran relevancia en el país y existen interesantes experiencias que demuestran las ventajas y beneficios económicos, ambientales y sociales que se consiguen aplicándolos, incluso en el segmento de la agricultura familiar.

Los árboles y arbustos cumplen un papel fundamental, ya que pueden asociarse con cultivos agrícolas (sistema agroforestal), con pasturas para pastoreo (sistema silvopastoril) o bien, alternar entre cultivos agrícolas y pasturas (sistema agrosilvopastoril) con plantaciones de frutales (sistemas frutisilvopastoril), a más de actuar como cortinas rompevientos, proteger la superficie de los suelos y reducir el efecto de la erosión. Estas prácticas y sistemas de producción están diseñados y ejecutados dentro del contexto de un plan de manejo responsable, planificado y sostenible de finca, en el que el componente ambiental juega un papel preponderante.

¿Por qué son importantes?

En estas fincas, en la que la presencia de los árboles se respeta, hay que partir del principio de que la diversificación productiva reduce el riesgo de pérdidas y daños económicos, en particular entre los pequeños agricultores familiares, ya que pueden contar con animales de cría, árboles frutales, cultivos, hortalizas, plantas medicinales y aromáticas; todo cuidando el entorno donde producen. Además, los productores pueden obtener beneficios resultantes de la leña, pastos y madera, que bien pueden utilizar en construcciones rurales para mejoras internas. Los árboles proporcionan un microclima favorable para los animales, ya que ofrecen una buena sombra y una importante disminución de la temperatura, lo que contribuye al balance térmico de dichas especies.

Ventajas Naturales

Desde el punto de vista ambiental, los árboles elevan el nivel de nitrógeno en el suelo gracias a la captación de nitrógeno atmosférico; lo mismo ocurre con el anhídrido carbónico. Además, protegen los suelos y mejoran su estructura, porosidad y aireación gracias a la caída periódica o estacional, natural o provocada mediante cosecha, hojas, flores, frutos, ramas y raíces. Su efecto de descompactación es positivo y relevante en áreas degradadas a causa de la compactación del suelo, ocasionada por la mecanización o el pisoteo continuo del ganado. Precisamente, las raíces de los árboles pueden absorber elementos nutritivos de las capas profundas de los suelos y traerlos a la superficie, haciéndolos disponibles para las pasturas o cultivos agrícolas asociados. En algunos casos, pueden incrementar la disponibilidad de minerales, como fósforo, calcio, potasio, magnesio, entre otros. Los animales con el pastoreo natural ayudan a diseminar y escarificar las semillas que caen al suelo, contribuyendo a la multiplicación natural de semillas forestales.

Conclusión

Estos sistemas sostenibles de producción crean una interacción dinámico-productiva capaz de sustentar y mejorar la producción de los grandes y medianos, pero, ante todo, de los pequeños agricultores, dado que se cuidan mejor los recursos naturales (suelo y agua) y se degrada menos el medio. Además, con la incorporación de los árboles nativos o cultivados en los esquemas de las actividades agropecuarias, el productor rural minimiza los riegos económicos, sociales y climáticos (lluvias intensas, sequías e inundaciones) de las inversiones que realiza

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