Silaje de Soja en Argentina

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El déficit hídrico y las elevadas temperaturas adelantaron la cosecha y cambiaron el destino de grano a conserva. Aunque poco convencional, el ensilado surge como una opción viable. Consideraciones del cultivo y recomendaciones para el picado.

Producir con altos riesgos y variabilidad climática fue la norma para este verano. Con precipitaciones deficitarias en gran parte del país y días muy calurosos, la campaña 2017/1 dificultó el desarrollo de los cultivos graníferos y, en este contexto, los productores se volcaron a su ensilado. Recomendaciones del INTA – Argentina para realizar con éxito el ensilado o henolaje de soja.

“Como la decisión de destinar el poroto de soja a ensilado surge de la coyuntura climática, las variedades sembradas y el estado fenológico avanzado no garantizan altos niveles de calidad y volumen”, advirtió José Peiretti –técnico del INTA–.

En este sentido, sugirió consultar con un nutricionista la viabilidad de incluir este recurso en la ración de los animales y seguir las pautas generales de cualquier ensilaje respecto de buena compactación, tapado, suministro y extracción que se aplican en silos de especies tradicionales.

Puntualmente, la soja es una leguminosa con considerables niveles de proteínas, en relación a la cantidad de azúcares fermentecibles, sumado a que, en estados fenológicos avanzados, poseen altos contenidos de humedad.

Por este motivo, Peiretti recomendó “controlar esta condición para evitar procesos de fermentación indeseados, a partir de aditivos –aprobados por Senasa– que mejoren la fermentación, sustratos e inoculantes a tasas mayores a 100.000 UFC por gramo de silo”.

Asimismo, explicó que, debido al alto poder buffer que presenta el cultivo de soja, “es conveniente picarlo cuando contiene entre 40 y 45 % de materia seca con la necesidad de realizar un oreado previo que permita lograr dichos valores”.

Cosecharlo con contenidos de materia seca inferiores al 40 % implicará problemas en el proceso de conservación, que se manifiestan en valor de nitrógeno amoniacal sobre nitrógeno total (>10% N-N/Nt) y pH (>4.5).

“El principal factor que influye en la calidad del forraje de soja es el estado de madurez fisiológica al momento de la cosecha”, aseguró el especialista, quien detalló: “La concentración de proteína disminuye durante la floración y aumenta durante la formación de la vaina, mientras que la de fibra evoluciona inversamente”.

En este sentido, subrayó que “la calidad del silaje está dada por las hojas verdes y tallos digeribles”, y sugirió “priorizar el picado previo a estados de R5”.

Estas recomendaciones surgen del trabajo articulado del INTA con asesores privados referentes del sector, miembros de la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros (CACF) , representantes de empresas y universidades, entre otros.

Otras consideraciones

En términos de digestibilidad, el silaje de soja presenta una calidad menor que el silaje de alfalfa, con un 50 % de FDN, 40 % de FDA y un 9 % de cenizas, por lo que se obtienen digestibilidades de entre un 60 y 65 %.

Con respecto al tipo de cultivar, Peiretti aseguró que “los cultivares de maduración tardía tienden a producir mayores rendimientos de forraje, pero de menor calidad que los cultivares de maduración temprana cuando se cosechan en la misma etapa de desarrollo”.

Otro aspecto para tener en cuenta es evitar la contaminación con tierra, favorecido por la contaminación basal de las plantas o el acarreo desde la andana en casos de preoreo. “Esto no sólo condicionará la calidad por la contaminación en sí misma, sino que será inóculo de esporas de clostridium”, especificó el técnico del INTA.

En cuanto al tamaño de picado, el técnico señaló que dependerá, en parte, del rol que este ingrediente cumpla en la ración. “Una buena homogeneidad, con una regulación alrededor de entre 10 y 12 milímetros de longitud teórica de picado, facilitará un llenado efectivo y de calidad en la estructura de almacenamiento”, indicó.

En este sentido, Peiretti aconsejó controlar el estado de la andana a fin de asegurar una uniformidad de picado. De acuerdo con el especialista, para que las cuchillas realicen un corte neto y parejo contra la contracuchilla, es necesario que los rodillos alimentadores entreguen una buena cantidad de forraje, de modo tal que el material no se escape y quede aprisionado por los rodillos.

“Cuando las andanas no son voluminosas, los rodillos no pueden ejercer la suficiente presión sobre el forraje y, cuando la cuchilla pasa, arrastra, desgarra el material y da como resultado un silaje con una gran variabilidad en el tamaño de picado”, explicó.

Desde el punto de vista agronómico, Peiretti destacó la importancia de evaluar la posibilidad de realizar una siembra temprana de un cultivo invernal, ya sea para grano o para cobertura, con el objetivo de reponer el nivel de rastrojos y cobertura del lote.

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